El 18 de agosto de 1989 fue uno de los días más traumáticos en la historia contemporánea de Colombia. En el municipio de Soacha, con complicidad de agentes de Estado, sicarios contratados por Pablo Escobar asesinaron a Luis Carlos Galán Sarmiento.
Galán Sarmiento, entonces senador de la República, había decidido alzar su voz contra las mafias del narcotráfico, que para ese momento ya estaban cooptando las instituciones del Estado y la rama legislativa. Para nadie había dudas: Luis Carlos Galán Sarmiento sería elegido presidente de Colombia. Lastimosamente, esa férrea lucha a favor de la democracia lo puso en la mira del Cartel de Medellín.
El pasado ya hacía temer lo peor para el líder político. Rodrigo Lara Bonilla, con quien fundó el partido Nuevo Liberalismo, había sido acribillado apenas cinco años antes, el 30 de abril de 1984. Lara Bonilla, como ministro de Justicia, fue implacable para denunciar las andanzas de Pablo Escobar. Pero esa valentía lo sentenció, así como sucedería dos años más tarde con Guillermo Cano Isaza, director de El Espectador, asesinado en diciembre de 1986 por revelar los oscuros negocios de Escobar.
Con esos antecedentes, Luis Carlos Galán Sarmiento se volvió la persona más amenazada en Colombia. Por eso, 35 años después de su muerte, muchos se siguen preguntando qué pasó ese 18 de agosto de 1989 para que el esquema de seguridad permitiera que el líder político asistiera a un masivo evento en Soacha sin la debida precaución. Juan Lozano tiene la respuesta.
«Habían engañado a Luis Carlos Galán. Retiraron el operativo policial»
Juan Lozano es una de las personalidades políticas más respetadas de Colombia. Lozano ha sido senador, ministro, director de medios de comunicación, y actualmente hace parte de la mesa de La FM de RCN.
Abogado egresado de la Universidad de los Andes, Juan Lozano empezó a interesarse en la política desde muy joven, se incorporó al Nuevo Liberalismo y se convirtió en el secretario privado de Luis Carlos Galán Sarmiento, cargo que ocupó hasta ese fatídico 18 de agosto de 1989.
Lozano, que para entonces tenía 25 años, estuvo con Galán Sarmiento el día que lo mataron. Y hoy, 35 años después, entregó un conmovedor relato a RCN Radio sobre lo que significó para él ver morir a su jefe.
«Lo recuerdo perfectamente». Con esas palabras, Juan Lozano empieza su relato sobre el día en que mataron a Galán. Y es que Lozano aún tiene muy presentes las fallas de seguridad que vio en Soacha antes del atentado, y no olvida que hizo lo posible por evitar que su jefe fuera al evento político que le costaría la vida.
«La actividad de Soacha nos había perturbado porque había sido difícil de cuadrar, porque Luis Carlos Galán era el dirigente político más amenazado de Colombia. Entonces, yo decidí irme mucho más temprano para ver qué estaba pasando en Soacha».
Para Lozano, es claro que engañaron a Galán Sarmiento prometiéndole que le garantizarían la seguridad, cuando no fue así.
«En ese momento no había teléfonos celulares. Entonces me fui a Soacha mucho más temprano, y cuando yo llegué me encontré, en contraste con nuestras manifestaciones de siempre, que eran unas manifestaciones austeras, sin recursos, un carnaval de pólvora y aguardiente que dejaba ver que había una financiación multimillonaria para generar una confusión, para mover una cantidad de gente, y muy rápido.
«Cuando entro a la plaza, veo que no hay policías, que habían engañado a Luis Carlos Galán, que él había aceptado ir con la condición de que iba a estar protegido y fue mentira. Retiraron el operativo policial. Retiraron el operativo para hacer la requisa de quienes iban a entrar a la plaza. La gente podía entrar a la plaza y pararse en la primera fila, frente a la tarima, armada porque nadie estaba requisando».
«Los sicarios estaban subidos en el camión donde subieron al doctor Galán»
Juan Lozano relata que el caso sufrió contratiempos porque capturaron a personas que nada tenían que ver, y que la investigación sólo avanzó cuando se demostró la complicidad con agentes del Estado.
«A Luis Carlos Galán lo iban a matar ocho días antes y 15 días antes. Vivíamos encerrados en un apartaestudio al lado del Parque del Virrey porque no podía salir a la calle, y lo iban a soltar en esa manifestación. ¿Quiénes? Los encargados de su seguridad, la policía y el DAS. Ellos se habían comprometido a protegerlo y por eso lo que en ese momento viví, que lo declaré en una declaración judicial que se robaron y estuvo refundida por 20 años, ponía el foco no en los falsos capturados. Capturaron a unas personas para darle contentillo al país y esas eran unas personas inocentes. Las capturaron para desviar la investigación. La verdadera investigación empezó cuando hubo conciencia de que le habían desmontado su aparato de seguridad».
Y es que los sicarios que asesinaron a Galán tuvieron despejado el camino para cometer el atentado en cualquier momento del evento en Soacha. Así lo relata Lozano: «Cuando ya me voy devolviendo y veo que viene el carro, ocurre algo inexplicable que demuestra además la complicidad en su asesinato de los organismos de protección. Lo bajan del carro y lo suben sin protección en un camión de estacas».
«A él lo hubieran podido matar en el trayecto. Iba con su cabeza descubierta, atravesando una multitud de gente ebria por el municipio de Soacha, y en ese camión, cuando los escoltas de vieja guardia del doctor Galán me ven en el suelo, me ven en el piso, donde yo me había parado para tratar de decirle algo, me suben al camión, pero habían dejado meter tanta gente en el camión que yo no pude llegar a él. ¿Y saben quién iba en el camión? Los sicarios. Los sicarios estaban subidos en el camión donde subieron al doctor Galán. Cuando el camión llega a la plaza, los sicarios bajan corriendo, los hombres de la pancarta, bajan corriendo del camión y se instalan en primera fila, frente a la tarima, con sus mini-uzis, y de ahí le disparan y lo matan».
Para Lozano, lo que sucedió con la muerte de Luis Carlos Galán Sarmiento también llevó a que el periodismo empezara a dudar de las versiones oficiales.
«Empezamos a plantear preguntas por primera vez en los medios en Colombia acerca de la veracidad de las afirmaciones oficiales. A la postre, eso fue lo que condujo a establecer que no fue solo el cartel de Medellín el que estaba detrás de la muerte de Galán, a establecer que había elementos de crimen de Estado, que no eran solo delincuentes del narcotráfico y del sicariato, que había connivencia de agentes oficiales, de personas vinculadas con el Estado, como lo hicimos trayendo el dolor y el recuerdo a través de piezas periodísticas para soltar los interrogantes que fueron determinantes para encontrar los caminos verdaderos en la investigación».
«Es la mezcla de tener una vivencia y una decisión periodística de largo aliento, porque eso no se despachaba en una crónica del día siguiente».
Fuente: Sistema Integrado Digital – RCN Radio – Gustavo Gómez Martínez