Muchos padres piensan que un golpe serviría para llamar la atención de los hijos y conseguir que sean obedientes, sin embargo, un nuevo estudio sugiere que dar nalgadas vuelve a los niños más desafiantes y por tanto pueden ser contraproducentes.
“Pegar a los hijos en realidad tiene un resultado opuesto a lo que los padres quieren conseguir”, dice el estudio que analiza los datos recogidos en un periodo de 50 años en 75 investigaciones con una muestra de 160 mil niños.
El análisis se enfocó en lo que la mayoría de las personas reconoce como ‘nalgadas’ y no como conductas potencialmente abusivas.
Siempre ha sido tema de controversia este tipo de escarmientos que aún siguen siendo ampliamente aceptados.
En el año 2014 UNICEF reveló que el 80% de los padres del mundo le pega a sus hijos. Y en el 2015 Child Trends publicó los resultados de una investigación que arrojó que el 76% de las mujeres y el 65% de los hombres en Estados Unidos están de acuerdo en que ‘de vez en cuando’ los niños necesitan una “buena nalgada“.
Sin embargo, con este nuevo estudio este hábito podría cambiar la manera en que piensan algunos padres. Según los resultados presentados los niños que reciben golpes leves como forma de castigo tienden a sufrir más problemas de salud y son menos sociables. Esto se da sobre todo cuando la situación es a largo plazo que es además cuando los niños de vuelven más desafiantes. Los niños podrían tener una mayor predisposición a desobedecer.
Paralelo a este estudio la controversia sobre este tema sigue, y el diario español ABC explicó en un artículo algunos motivos por los que no es bueno pegarle a los hijos entre los que se menciona que esta práctica daña el autoestima de los niños y no les enseña a respetar a los padres. Dar azotes justifica el uso de la fuerza y el niño crecerá pensando que pegar es la forma de resolver un conflicto.