Después de 17 años de búsqueda, zozobra, ausencia y de repetirse una y otra vez ¿dónde está? y ¿qué pasó?, la familia de Guillermo* recibió dignamente el cuerpo de su hijo y hermano, desaparecido en febrero de 2005 en San José del Guaviare cuando fue reclutado ilegalmente por un grupo armado. Tenía 21 años, trabajaba en una finca de la región y vivía con su mamá y sus dos hermanos.
La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas -UBPD-, la Fiscalía General de la Nación y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas participaron en esta entrega digna, atendiendo las tradiciones religiosas y culturales de la familia.
Durante la ceremonia religiosa su familia y amigos le rindieron un homenaje. Lo recordaron como un apoyo vital para su círculo más cercano, un enamorado de la naturaleza y la cultura de los Llanos Orientales colombianos y como un estudioso y habilidoso cantante de coplas. Algunos de sus escritos, dibujos y diplomas dan cuenta de ello.
Eras el juicioso, el estudioso, el buen hijo. El amor hacia ti sigue intacto, los recuerdos que tenemos cuando éramos pequeños jamás se olvidarán. Todos te recordamos sin tantas lágrimas, solo pensando en cosas bonitas de ti”, aseguró su hermana, tras recordar los 17 años que con su mamá y su otro hermano estuvieron tocando puertas para encontrar a Guillermo.
En 2019 la familia se acercó a la UBPD para solicitar su búsqueda. A partir de ese momento se inició una investigación humanitaria y extrajudicial que permitió establecer que el cuerpo de Guillermo había sido inhumado en el cementerio de San José del Guaviare como N.N. Las muestras genéticas tomadas a la familia y entregadas por la Unidad de Búsqueda al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses facilitaron la identificación.
Esta acción humanitaria sirvió de puente para restablecer el tejido familiar, que poco a poco se fue deteriorando tras la desaparición de Guillermo. La entrega digna de su cuerpo permitió que padres, hermanos, amigos y allegados se reencontraran tras años de separación.
“Nos sentimos reparados emocionalmente porque hubo reunificación familiar. No nos imaginamos que existieran personas tan comprometidas en las entidades. Fuimos tratados con dignidad y con respeto. Agradecemos la ayuda de la Unidad de Búsqueda porque nos brindaron toda la disposición y el acompañamiento. Eso para nosotros es muy significativo”.
La entrega digna del cuerpo de Guillermo hace parte de las acciones humanitarias del Plan Regional de Búsqueda Suroccidente del Casanare, que ha identificado un universo inicial de 1.027 personas dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado, desde 1974 hasta 2015 en los municipios de Villanueva, Sabanalarga, Monterrey, Tauramena, Aguazul, Recetor y Chámeza.