Una contundente mayoría en Chile rechazó este domingo la propuesta de Constitución que buscaba cambiar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) por otra con más derechos sociales, en un resultado que superó las expectativas más optimistas de la oposición conservadora.
Más de 15 millones de electores estaban convocados a las urnas en una jornada con alta participación por voto obligatorio. En gran parte del país se impuso la opción en contra de la nueva Carta Magna.
Con el 98,43% de los votos escrutados, el «Rechazo» se imponía con 61,9% frente al «Apruebo», que obtuvo 38,10%, informó el servicio electoral.
El proyecto mantenía una economía de mercado pero aspiraba a consagrar un nuevo catálogo de derechos sociales en materia de salud, aborto, educación y pensiones, con énfasis medioambiental y una «plurinacionalidad» indígena.
«Es una derrota a la refundación de Chile», dijo Javier Macaya, presidente del partido ultraconservador UDI que sin embargo no cerró la puerta a otra reforma constitucional. «Vamos a continuar (…) con el proceso constituyente, vamos a cumplir nuestro compromiso», prometió en una rueda de prensa rodeado de seguidores del «Rechazo» que festejaban.
«Paliza»
«Tremenda paliza del rechazo sobre el apruebo. Nadie anticipó esta distancia de más de 20 puntos porcentuales«, indicó la socióloga Marta Lagos, fundadora de la encuestadora Mori, que calificó el resultado como «fracaso estrepitoso», escribió el Twitter .
La realización del referendum sobre una nueva Carta Magna, tras la gran revuelta social de 2019 en reclamo de mayor justicia social, había contado con el apoyo de casi 80% del electorado en un plebiscito de octubre de 2020 que abrió el proceso constituyente.
Dos años después, el «Apruebo» venció casi únicamente entre una mayoría de chilenos en el exterior, donde había unos 100.000 electores inscritos.
El nuevo texto, de 388 artículos y elaborado durante un año por una Convención Constitucional, consagraba un «Estado social de derechos», en respuesta a reclamos expresados en las masivas manifestaciones de octubre de 2019.
Los elementos que más divisiones provocaron del proyecto fue haber consagrado la plurinacionalidad indígena y haber incluido en su nuevo catálogo de derechos sociales el aborto, el derecho a la vivienda «digna» en un texto con un marcado énfasis medioambiental que sin embargo mantenía el modelo de economía de mercado.
Todas las encuestas habían anticipado el triunfo del «Rechazo» pero ninguna con tanta holgura.
«Es un desastre, estoy super triste. No puedo creer esto. Hemos pasado muchas cosas en la calle para terminar así», dijo a la AFP María José Pérez, de 33 años, partidaria del «Apruebo» frustrada en Plaza Italia, donde cientos se juntaban a compartir su frustración.
Unidad nacional
El presidente de Chile, Gabriel Boric, había asegurado horas atrás que cualquiera fuese el resultado convocará a la «unidad nacional» en un ejercicio con «más democracia» para superar fracturas sociales, al votar entre aplausos en su ciudad natal de Punta Arenas.
La expresidenta Michelle Bachelet, muy popular en el país, dijo que de ganar la opción «rechazo» como anticipan los sondeos, «las demandas de los chilenos no van a quedar satisfechas» y se debería convocar a un nuevo proceso constituyente. La exmandataria votó en Ginebra, Suiza, donde acaba de dejar su cargo como alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Los actos de cierre de campaña el jueves en la capital de este país de casi 20 millones de habitantes, dieron dos fotos que contrastan con los pronósticos.
La fiesta callejera del «Apruebo» había convocado entre 250.000 y 500.000 personas, según los organizadores, mientras el acto de cierre del «Rechazo» consistió en un evento de apenas no más de 400 personas.
La socióloga Marta Lagos había anticipado que la foto de Santiago, donde finalmente también gano el «Rechazo», no significaba que el ‘Apruebo’ ganara porque «tiene mucha desventaja en el sur y en el norte del país», zonas que sufren violencia e inseguridad, agrega Lagos.
Mientras en el sur hay conflictos sobre tierras que reclaman grupos de indígenas Mapuche, en el norte se produce un incesante ingreso de inmigrantes sin papeles que viven en las calles y que ha generado la aparición de mafias de traficantes de personas.