La cumbre en Panamá sobre comercio internacional de especies amenazadas decidirá este jueves si ratifica una histórica propuesta para proteger a los tiburones, que restringiría drásticamente el lucrativo tráfico de aletas en el mundo.
Esta iniciativa fue la más discutida en el Comité I de esta COP19 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que comenzó el 14 de noviembre, y ahora el plenario tiene que dar la última palabra.
Copatrocinada por la Unión Europea y 15 países, entre ellos el anfitrión de la cumbre, la propuesta implica colocar a las 54 especies de las familias de los tiburones réquiem (Carcharhinidae) y de los tiburones martillo (Sphynidae) en el Anexo II de CITES.
El Anexo II incluye a las especies con comercio regulado, mientras que el Anexo I abarca a las especies con comercio prohibido.
Si el plenario da luz verde, «sería una decisión histórica, ya que por primera vez CITES estaría manejando un número muy grande de especies de tiburones, que sería aproximadamente el 90% del mercado», declaró a la AFP la delegada panameña Shirley Binder.
Las aletas pueden costar 1.000 dólares el kilo en mercados de Asia oriental, pues son ingrediente de una sopa muy apetecida. Ambas familias de tiburones representan más de la mitad del tráfico mundial de aletas, cuyo centro es Hong Kong.
Tan agitado fue el debate en el Comité I el 17 de noviembre, durante el cual Japón y Perú intentaron reducir la cifra de especies de tiburones a proteger, que el presidente del panel, el británico Vincent Fleming, llamó varias veces a mantener la calma.
«Esperamos que todo esto sea adoptado [ahora] en la plenaria», dijo Binder, quien fue la encargada de exponer los argumentos en favor de la protección de ambos tiburones en el áspero debate del Comité, que duró casi tres horas, un récord en la cumbre de CITES, a la que asisten más de 180 países.
El plenario también debe ratificar la propuesta aprobada en el Comité I de proteger a las rayas guitarra (Potamotrygon).