En la provincia de Santiago del Estero, departamento de Río Hondo, más exactamente en Vinará (Argentina), sus habitantes aseguran que la imagen de la Virgen Inmaculada Concepción ha derramado lágrimas en más de 10 ocasiones y que, a su vez, ha llorado sangre.
Sin embargo, detrás de su historia muchas personas han contado que ha concebido muchos milagros, como lo contó Raúl Alemir, un hombre de 39 años que asegura que las lágrimas de la virgen fueron la cura para un tumor que tenía en su cuerpo y que de la nada desapareció.
El hombre aseveró que fueron muchas las ocasiones en las que vio llorar a la virgen. Pero su creencia fue mucho mayor cuando le diagnosticaron esta protuberancia en su hombro y en la pierna izquierda, que después sería amputada.
“Estuve en terapia y ahí le pedí a la virgen, siempre me acuerdo. Yo sé que ella llora, es verdad, porque yo muchas veces la vi”, dijo el hombre.
La madre de Raúl, contó que cuando se acercaba el duro momento de la compleja cirugía para remover la protuberancia que resultó ser un cáncer, fue hasta donde la virgen, se le arrodillo y la imagen comenzó a llorar.
Impresionada por lo que estaba viendo, la progenitora del paciente, también entre lágrimas, le pidió que sanara a su hijo de las dolencias que lo aquejaban y que, si no era posible, que no lo dejara padecer tanto por su enfermedad.
Fue así que le contó a un reconocido medio de comunicación, que pudo recoger las lágrimas de la virgen en una servilleta, y pese a las malas noticias de los médicos que no daban muchas esperanzas, las derramó sobre Raúl y pudieron extirpar el cáncer que ya pesaba siete kilos, por lo que lo han catalogado como un verdadero milagro.