Un estudio realizado por la organización AID FOR AIDS revela que en Colombia un alto porcentaje de hombres, mujeres y menores de edad venezolanos que ejercen actividades sexuales, lo realizan con el fin de poder cumplir con sus obligaciones básicas como alojamiento, comida y envío de dinero a sus familiares.
De igual forma, el documento detalla que de las 600 personas que fueron encuestadas en Barranquilla, Bogotá, Cali, Cúcuta, Maicao y Medellín, el 20% tiene VIH.
Sin embargo el 91% de estas personas no cuenta con acceso a tratamiento, por no contar con el Permiso de Protección Temporal (PPT), que se exige en diferentes hospitales para la prestación del servicio de salud.
Jaime Valencia, director de AID FOR AIDS Colombia, se refirió al estudio afirmando que «estudios como este nos permite conocer a profundidad la situación y orientar políticas, programas y proyectos en favor de la población migrante y refugiada venezolana, así como despertar conciencia sobre las complejas barreras que enfrentan para su efectiva integración en sus comunidades de acogida».
De igual forma, precisó que esta situación aumenta significativamente la probabilidad de que a esta población se le vean vulnerados sus derechos en territorio colombiano y que en caso de sufrir de algún tipo de violencia no puedan denunciarla ante las autoridades competentes, por miedo de ser enviados nuevamente a Venezuela.
Testimonios
El informe detalla varios testimonios de migrantes que han tenido que ejercer la prostitución como una forma de sobrevivir.
«Él no sé quitó nunca las medias y yo me quedé confiada que yo sabía dónde estaba el otro cuchillo que cargaba. Cuando de repente veo, yo lo estoy empujando para que se pare porque ya llevamos mucho tiempo, el agarró y sacó un cuchillo de aquí de la media [señalando el tobillo], tenía otro cuchillo metido en la media. Y bueno pues que me quedara tranquila porque yo iba a estar ahí con él hasta que él quisiera», narró una de las mujeres encuestadas.
«Mi prima trabaja desde que tiene 15. Ella trabajó todo el embarazo del bebé. Ella es la que mantiene a la mamá, al papá, al niño. Las dos tenemos que pasar todo el día caminando,» contó otra de las mujeres objeto del informe.
«El momento del contagio fue por un cliente que se quitó el preservativo, por estar drogada no me percate y bueno así fue que sucedió», relató una mujer trans.
Estos contextos dan pie para que se generen situaciones de imposición de poder y violencia dirigidas a las personas que ponen su cuerpo en transacción sexual por supervivencia, donde las posibilidades de control y agencia de quienes ponen el cuerpo están limitadas, además del riesgo de contraer VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
El estudio indica que la mayoría de las personas de nacionalidad venezolana que ejerce esta actividad sexual en parques, plazas, un domicilio, bares, discotecas o estudios webcam, en caso de tener la oportunidad de dejar de ofrecer servicios de este tipo, tomaría la decisión y ayudaría a sus compañeros a salir de esta labor.