Los feligreses católicos defienden siempre el templo que los reúne cada domingo, la iglesia. Eso fue lo que hizo el padre Juan Eduardo Jotayan, quien se enfrentó a ladrones sin miedo alguno para proteger ‘la casa de Dios’.
Gracias a su valentía impidió que hurtaran la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, Salta, Argentina. Los hechos ocurrieron a las 3 de la mañana.
Un joven de unos 25 años entró sigilosamente a la parroquia, pero el cura que estaba en su cuarto logró escuchar un ruido extraño en la puerta de entrada. «Me levanté de inmediato porque es la cuarta vez que me entran a robar y uno ya vive alarmado».
El párroco aseguró que la zona ha sido catalogada como uno de los lugares más peligrosos de la región; es uno de los puntos con más crímenes reportados en los últimos años.
El religioso aseguró que cuando prendió la luz se dio cuenta de que el hombre había entrado y dañado las rejas y la madera para completar su cometido. «Nos agarramos a las trompadas limpias, fue una cosa tremenda».
Después de que el ladrón le propició varios golpes y hasta le aflojó una muela, el cura agarró una silla y lo golpeó en la espalda, pero el ladrón no cayó al piso como él esperaba, así que repitió lo mismo, pero esta vez le dio un impacto en la cabeza.
Como el hombre ya estaba en el piso, el padre aprovechó para ir a buscar un rifle de aire comprimido que tenía en su habitación.
“Si no te vas de acá, te perforo la cabeza a tiros”, amenazó el religioso al ladrón. Aunque fue muy valiente, el padre confesó que no podía creer lo que había dicho en ese momento.
Seguidamente, el maleante se reincorporó y salió huyendo sin llevarse nada del lugar. Por su lado, el padre fue atendido por médicos que le suministraron algunos medicamentos porque estaba muy alterado.
Fuente: Sistema Integrado Digital – RCN Radio – Natalia Espitia Salazar