La tensión en Gaza está quizás en su punto máximo desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás el pasado sábado 7 de octubre. La incertidumbre que viven las millones de personas en Gaza se acrecentó desde que el ejército israelí anunció un ultimátum de 24 horas para que quienes están en la parte norte del territorio, se desplacen hacia el sur, ante una inminente incursión terrestre.
Son más de un millón de personas las que, tras el anuncio, están forzadas a salir del territorio, aunque algunas, según testimonios recogidos por medios en la zona, están dispuestas a «morir en nuestras casas. Morir con la cabeza en alto«, según relató un gazatí para el medio Al Jazeera.
Otros, no tuvieron opción y empacaron sus maletas, recogieron a sus niños y emprendieron un viaje hacia el sur de la zona. Es el caso de Raya El Sagga, una colombo-jordana, que estaba visitando a su madre de 97 años, en Gaza, cuando la ciudad empezó a ser bombardeada por la contraofensiva israelí.
«Nosotros somos inocentes, inocentes. Nosotros ¿qué culpa tenemos?. ¿Yo qué culpa tengo?, que vine a ver a mi mamá, y pasar por todo lo que yo pasé», relató Raya, en entrevista exclusiva con Al Mediodía de RCN Radio.
La mujer relata que estaba al norte de la zona, cuando le alertaron que tenía que irse al sur, a una zona cercana a la frontera con Egipto. «Nos dejaron evacuar de las casas nuestras en Gaza, para venir al sur, pero en el sur también están bombardeando«, relata.
Antes de evacuar, pasó 6 días junto a su familia sin poder salir de la casa, debido al temor de ser impactadas por una bomba. «Bombardean cada 10 minutos, cada 5 minutos, a veces descansan 15 minutos. Usted no puede ni entrar al baño porque en el momento que entra, están bombardeando».
Ella relata que fue muy complicado cargar a su madre, quien no puede caminar, y montarse en un camión para viajar por más de media hora hacia el sur, donde tenían una prima que los esperaba. En el camino, vio a miles de palestinos que intentaban viajar hacia el sur, pero presenció eventos traumáticos.
«Había un camión que transportaba 70 personas. Los bombardearon en el camino, en la carretera mientras iban del centro hacia el sur. Una joven con un bebé de 9 meses murió y tuvieron que enterrarla en la oscuridad», cuenta.
Tras su llegada al sur, afirmó que sigue escuchando bombas y reveló que alimentarse es cada vez más difícil. «Estamos comiendo puro pan y a veces le echamos un poco de aceite y un tomate. Nosotros somos afortunados. El resto de gente no ha podido ni siquiera traer pan, no tienen que comer».
La historia de Raya es la de millones de palestinos que a esta hora, no saben qué hacer; pues, Egipto, el único país que podría ser una salida para los desplazados, no ha anunciado que tenga intención de abrir sus fronteras, mientras que las autoridades Hamás instan a sus habitantes a no desocupare Gaza.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Juan Camilo Cely