En un veredicto histórico, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue condenado el viernes en Nueva York por su participación en una extensa red de narcotráfico, marcando uno de los casos más significativos contra un ex líder latinoamericano en décadas.
Hernández, quien una vez fue considerado un aliado estratégico de Estados Unidos, enfrenta ahora la posibilidad de cadena perpetua por su rol en facilitar el transporte de toneladas de cocaína hacia el país norteamericano.
El juicio, que capturó la atención mundial, reveló con detalles sin precedentes cómo Hernández utilizó su influencia política, junto con el poder de la policía y el ejército hondureño, para asegurar el paso seguro de cargamentos de droga hacia Estados Unidos, todo esto a cambio de sobornos que impulsaron su carrera política hasta el más alto nivel de gobierno en Honduras.
Esta condena, no solo subrayó la profunda penetración del narcotráfico en algunos gobiernos de América Latina, sino que también plantea preguntas sobre la relación entre Estados Unidos y Hernández. A pesar de las acusaciones de corrupción y vínculos con el narcotráfico, Estados Unidos continuó colaborando estrechamente con Hernández, especialmente en temas de migración y control de narcóticos, bajo la administración del entonces presidente Donald Trump y durante encuentros con figuras como Joe Biden y Mike Pence.
Un presidente latinoamericano no era condenado en Estados Unidos desde el exdictador panameño Manuel Antonio Noriega quien fue arrestado en una invasión estadounidense en Panamá y fue acusado de enviar toneladas de cocaína al país norteamericano y de tener nexos con el Cartel de Medellín.
En Honduras, la noticia del juicio y posterior condena de Hernández ha causado conmoción. Durante más de una década, el Partido Nacional, al cual pertenece Hernández, dominó la política hondureña. Sin embargo, su gobierno estuvo plagado de escándalos de corrupción y narcotráfico, culminando en una controvertida reelección en 2017. La victoria de Xiomara Castro en las elecciones de 2021 marcó un cambio significativo en la política hondureña, pero la sombra de Hernández y sus acciones sigue presente.
Los testigos en el juicio, muchos de ellos narcotraficantes condenados, describieron un sistema en el que el tráfico de drogas y la corrupción política estaban estrechamente entrelazados, con Hernández en el centro.
Este detallado testimonio no solo condenó a Hernández sino que también proporcionó una visión crítica de las fallas en la política estadounidense hacia Honduras y la región, donde la lucha contra el narcotráfico a menudo se ha priorizado por encima de la promoción de la democracia y el combate a la corrupción.
El fiscal para el Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, señaló este viernes, al conocerse el veredicto de culpabilidad contra el expresidente Hernández que espera que el caso «envíe un mensaje a los políticos corruptos» para que cambien de actitud.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, también se pronunció al conocer el veredicto. «Juan Orlando Hernández abusó de su condición de presidente de Honduras para convertir a su país en un ‘narcoestado’ donde los narcotraficantes tenían licencia para operar con toda impunidad, mientras que los pueblos de Honduras y Estados Unidos sufrían las consecuencias», apuntó.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Juan Camilo Cely