Como resultado de un trabajo coordinado entre la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y el Grupo interno de trabajo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas (Grube) de la Fiscalía General de la Nación, el cuerpo de José Manuel Suárez fue entregado dignamente a su familia en el municipio de Sácama, después de más de dos décadas de su desaparición.
“Como familia nunca perdimos la fe de que él alguna vez llegara y se reuniera con nosotros”, comenta uno de los sobrinos que viajó desde el municipio de Hato Corozal, para participar en este momento familiar.
Al sospechar que algo había ocurrido con José Manuel, la familia Suárez interpuso la denuncia ante la Fiscalía. Pasaron años tocando puertas y esperando estas respuestas a estas preguntas: ¿quién se lo llevó y por qué?.
Fue en 2021 cuando el equipo de la UBPD en Arauca desarrolló una jornada de atención en ese municipio y entre las solicitudes de búsqueda recibidas estuvo la de Ceci, hermana de José Manuel. De ahí partió la investigación humanitaria y extrajudicial que avanzó con la toma de muestra de sangre de sus padres.
Con esa información recolectada, el equipo de la UBPD en Casanare impulsó la identificación de un cuerpo que fue recuperado por el Grube de la Fiscalía en el antiguo cementerio de Yopal. El análisis forense permitió asegurar que se trata de José Manuel, lo cual facilitó la entrega digna a su familia.
La fecha de la entrega digna fue un momento para el reencuentro familiar. Previo a los actos de reconocimiento, la mamá de José Manuel recordó el último día que lo vio. “Yo estaba en Socha (un municipio de Boyacá) y él vino de su casa y me dijo: “me voy, mamá”. Yo le dije: “no se demore”, mientras él se subía al bus y me quedé mirándole la espalda”.
José Manuel trabajaba como operario y era el único hombre de seis hermanos. Ya había formado su propio hogar junto con su esposa y sus dos hijos menores. Fue en marzo de 2003 cuando salió con un amigo a cumplir una supuesta cita en Yopal. De esa cita nunca regresó.
Los días siguientes, la familia recibió una llamada telefónica con una información muy confusa sobre la desaparición de José Manuel. Incluso dos años después, las hermanas recibieron llamadas en las que nadie hablaba. Siempre pensaron que era su hermano.
Marly y Jair son los hijos de José Manuel. Siendo niños tuvieron que enfrentarse a la ausencia de su padre. De él recuerdan que era consentidor y su particular silbido, una forma inconfundible de llamarlos y hacerles saber que estaba cerca. Acostumbraba a usar poncho y gorra, de ahí nació el apodo puesto por sus amigos: ‘el Pija’. Ese sobrenombre aún se conserva con cariño en la memoria de su familia y sus amigos y conocidos.
Luego de 21 años, el Grube de la Fiscalía lideró esta acción humanitaria de entrega digna del cuerpo de José Manuel, en apoyo con la Unidad de Búsqueda y la Unidad para las Víctimas que prestó atención psicosocial. Igualmente, la Alcaldía de Sacamá facilitó los espacios físicos para llevar a cabo los actos fúnebres para que la familia Suárez pudiera dar una despedida digna y rodeada de amor a su hijo, hermano y padre. Además de contar con un lugar a donde dejarle flores.
Solo se necesita la voluntad de querer encontrar a sus seres queridos desaparecidos. La línea celular de la Unidad de Búsqueda en Casanare es 3162809395.