En 2019 han detenido a 419 personas por licencias, Soat y certificados de técnico-mecánica falsos.
Y luego de verificar su licencia de conducción se comprobó que la que portaba era falsa. Además, tenía suspendida su licencia, ya que en dos ocasiones anteriores se le habían impuesto comparendos por conducir en estado de embriaguez.
Este conductor es uno de los 419 que en lo corrido del año han sido sorprendidos portando documentos falsos y, además de las consecuencias por los posibles accidentes que ocasionan, se arriesgan a enfrentar cargos penales como uso de documento falso, obtención de documento público falso y hasta concierto para delinquir.
Según un informe de la Policía de Tránsito, el 77 por ciento de los documentos falsos decomisados este año a conductores eran licencias de conducción. También se encontraron adulterados 110 licencias de registro de vehículos, 9 certificados de revisión técnico-mecánica, un registro de seguro obligatorio de accidentes de tránsito (Soat), un certificado de gases y una guía de transporte (documento que contiene la información sobre la carga que mueve un camión).
Las autoridades anunciaron el fortalecimiento de los controles para combatir la falsificación de documentos de tránsito que no son una modalidad nueva, pero que se mantiene, a pesar de las graves implicaciones en la siniestralidad. La ofensiva va desde mayores operativos en vías hasta crear grupos élite contra los falsificadores, e incluso modificar el proceso para la expedición de las nuevas licencias.
Si el automotor no pasó la revisión técnico mecánica y el propietario la obtiene de manera fraudulenta en un centro de diagnóstico automotor, hay un porcentaje alto de riesgo de un accidente vial
El año pasado, según informes de la Policía Nacional, fueron capturadas 3.719 personas con documentos falsos; el 52 por ciento eran motociclistas. Igualmente se detectó que el 72 por ciento de los capturados (3.468), tenían una licencia de conducción falsa. El mayor número de casos ocurrió en Medellín, donde fueron detenidas 419 personas, y Barranquilla, con 317 detenidos.
El estudio de la Policía permitió establecer que el 40 por ciento de las personas capturadas en 2018 con documentos falsos tenían entre 30 y 40 años de edad.
El general Carlos Ernesto Rodríguez, director de Tránsito y Transporte de la Policía, alertó sobre los riesgos de tener personas en las calles manejando con licencias falsas o cuyos vehículos tengan certificados piratas.
“Si el automotor no pasó la revisión técnico mecánica y el propietario la obtiene de manera fraudulenta en un centro de diagnóstico automotor, vamos a tener un porcentaje alto de riesgo de que se dé un accidente vial”, dijo el general Rodríguez.
La Policía de Tránsito ha podido determinar que existen tres clases de usuarios que
acuden a este tipo de ilegalidad para poder conducir en Colombia; en primera instancia están quienes tienen la licencia suspendida por alguna infracción previa (especialmente embriaguez), les siguen los conductores que no cumplen con los requisitos legales ni físicos para obtener una licencia, y finalmente están aquellos que deciden voluntariamente no realizar el curso de conducción y presentar los exámenes correspondientes acudiendo a tramitadores, que finalmente los estafan.
La nueva ofensiva contra los falsificadores no solo busca judicializar a estas personas sino que terminaría por enredar a los ciudadanos que accedan a ese tipo de servicios ilegales. En el Código Penal se establecen penas de cárcel de entre 6 y 12 años para quienes incurran en esas conductas.
El viernes pasado, el cuerpo élite de la Policía dio un nuevo golpe a las redes de falsificadores al capturar a cuatro personas que en Bogotá y Medellín expedían certificados médicos –de acuerdo con la especialidad exigida– para obtener la licencia.
Uno de los agravantes en este caso es que los capturados no eran médicos, pero sí certificaron personas que tenían limitaciones físicas y hasta psicológicas para conducir. De acuerdo con la investigación adelantada por la Policía y la Fiscalía, habrían alcanzado a entregar cerca de 8.000 certificados médicos ilegales.
Algunos de los beneficiados, dicen los investigadores de la Policía, eran pacientes que tenían restricciones físicas agudas en su sistema auditivo o con deficiencia visual, quienes resultaban aptos para conducir y obtuvieron así su licencia sin ningún problema.