Ambos son templados, similares a la Tierra y podrían tener agua líquida en la superficie.
El hallazgo, liderado por científicos de la Universidad de Göttingen (Alemania), ha sido posible gracias a CARMENES, un proyecto hispanoalemán que desde 2016 busca planetas alrededor de estrellas cercanas con la ayuda de un espectrógrafo instalado en el telescopio de 3-5 metros del Observatorio de Calar Alto (España).
Con este instrumento y las imágenes obtenidas por otros dos telescopios españoles, los investigadores pudieron estudiar con gran detalle a la estrella de Teegarden, una enana roja fría situada a solo 12,5 años luz de nuestro Sistema Solar.
«Teegarden solo tiene el 8 % de la masa solar. Es mucho más pequeña y menos brillante que el Sol. De hecho, pese a estar tan cerca de la Tierra, no se descubrió hasta 2003», explica a Efe el investigador Ignasi Ribas, coautor del estudio.
La temperatura de la estrella es de 2.600 grados centígrados (frente a los 5.500 del Sol) y al ser diez veces menos masiva que éste, es 1.500 veces más débil, por lo que irradia la mayor parte de su energía en longitudes de onda rojas e infrarrojas, ideal para CARMENES, que está diseñado para observar este tipo de radiación.
Para determinar si había planetas alrededor de la estrella, los científicos emplearon la técnica Doppler, ideada para descubrir planetas que no se pueden observar de manera directa.
Y es que, cuando un planeta orbita una estrella, la atracción gravitatoria hace que ésta también se mueva, por tanto, cuando una estrella se acerca y se aleja, se puede deducir que hay un planeta en órbita.
Desde muy pronto, las mediciones Doppler de la estrella de Teegarden mostraron la presencia de al menos dos señales, ahora identificados como los planetas Teegarden b y Teegarden c.
El primero tiene una masa similar a la de la Tierra y orbita la estrella cada 4,9 días, mientras que el segundo completa su órbita en 11,4 días, «que es lo que dura su año, es decir, están muchísimo más cerca de su estrella de lo que está la Tierra del Sol».
«Teegarden b, el más interno, recibe un 10 % más de luz que nosotros del Sol, por eso creemos que tal vez esté demasiado caliente y quizás no tenga agua, pero esto es una especulación porque hay aspectos de los sistemas climáticos que desconocemos y que podrían permitir que hubiera agua líquida», explica Ribas
El segundo, Teegarden c, está en medio de la zona habitable, lo que significa que su temperatura en la superficie está entre cero y cien grados: podría perfectamente tener agua en la superficie.
De lo que no hay duda es de que los dos planetas están entre los mejores aspirantes a albergar vida, junto con Próxima b, que hasta hoy era el mejor candidato y el que presentaba mejores condiciones de habitabilidad.
Y es que, entre la estrella más cercana al Sistema Solar (Próxima Centauri, a 4 años luz) y Teegarden (la número 24 a 12 años luz), hay una veintena de estrellas – algunas con planetas a su alrededor -, pero «salvo Próxima b, ninguno tiene las condiciones ideales», puntualiza el investigador.
Los investigadores no descartan que Teegarden b y Teegarden c formen parte de un sistema con más planetas, pero para saberlo «habrá que estudiarlos en detalle. Se trata además de dos planetas muy interesantes para buscar vida a medio plazo».
La próxima década, cuando los investigadores tengan a su disposición los telescopios gigantes como el E-ELT (Extremely Large Telescope) o el Telescopio de Treinta Metros (TMT), que serán capaces de captar imágenes directas de las estrellas y sus planetas, será «clave y apasionante», añade Ribas.
Los detalles de este sistema estelar se publican hoy en Astronomy & Astrophysics.
NoticiasRCN.com/EFE