El Papa Francisco recibió de regalo un báculo pastoral realizado con madera que perteneció a una casa destruida por el ciclón Idai en Beira (Mozambique) y el Santo Padre decidió usarlo durante la multitudinaria Misa que celebró en el estadio de Zimpeto, durante su viaje apostólico en África.
Según confirmó a ACI Prensa el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, “el pastoral fue realizado con material recuperado de la devastación del ciclón Idai en Beira y fue utilizado por el Papa Francisco durante la Santa Misa en el estadio de Zimpeto”.
Además, Matteo Bruni relató un dato muy particular y fue que “las pequeñas cruces talladas en la madera están hechas con la chapa metálica del techo de la casa destruida de una anciana”.
Idai ha sido uno de los ciclones más destructivos de los que se tiene constancia en África. En marzo de este año golpeó el sureste del continente dejando 1,85 millones de afectados en Mozambique, 869 mil en Malawi y 270 mil en Zimbabue.
El Papa Francisco recibió este especial pastoral con forma de cruz durante la visita que realizó al centro médico DREAM localizado en Zimpeto, al norte de Maputo, en donde visitó y bendijo a personas infectadas de VIH / Sida.
Este centro médico fue inaugurado el 7 de junio de 2018 y ofrece servicios sanitarios gratuitos a la población de Mozambique, además de contar con un laboratorio de biología molecular para diagnosticar y prevenir diversas enfermedades y de llevar a cabo el proyecto DREAM (Disease Relief through Excellent and Advanced Means) realizado por la Comunidad de San Egidio.
Durante su breve visita, el Papa Francisco fue recibido por más de mil personas entre pacientes, familiares, voluntarios, personal médico y benefactores.
En su saludo, el Santo Padre recordó la parábola del Buen Samaritano porque destacó a los responsables, operadores sanitarios, enfermos y a sus familiares que en el personal allí acoge “con competencia, profesionalismo y amor a tantas personas enfermas, en particular a enfermos de SIDA/VIH, especialmente mujeres y niños. Todos los que han pasado por aquí, todos los que vienen con desesperación y angustia, son como ese hombre tirado al borde del camino. Y, aquí, ustedes no han pasado de largo, no han seguido su camino como lo hicieron otros, el levita y el sacerdote”, dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre destacó la compasión de quienes “no cedieron a la tentación de decir ‘no hay nada por hacer’, ‘es imposible combatir esta plaga’, y se animaron a buscar soluciones”.
Por último, Francisco señaló que escucharon “ese grito silencioso, apenas audible, de infinidad de mujeres, de tantos que vivían con vergüenza, marginados, juzgados por todos” en esta casa “donde el Señor vive con los que están al costado del camino, a los que padecen cáncer, tuberculosis, y a centenares de desnutridos, especialmente niños y jóvenes”.
Fuente: ACI Prensa.