Muchos pacientes se preguntan si es posible controlarlo con otro método fuera de los medicamentos.
Pese a que en mayor medida realmente la vía de control del síndrome del colon irritable son los medicamentos, algunos afectados pueden recurrir a otras alternativas. Quienes padecen síntomas leves deben hacer algunos cambios en su estilo de vida, como el control del estrés, una alimentación correcta y realizar actividad física con regularidad. En el caso de las personas que tienen síntomas más fuertes, una mezcla entre lo anterior y los medicamentos podría ser ideal.
Este síndrome afecta el intestino grueso y en ocasiones el delgado. Las paredes de los intestinos se encuentran revestidas de capas musculares que se contraen y relajan el ritmo de manera coordinada, en el transporte de alimentos a través del tracto digestivo. Cuando se presenta el padecimiento las contracciones suelen ser más fuertes por lo que la persona puede llegar a sentir calambres y dolor durante el paso de alimentos, gases o heces por el intestino. También se puede presentar diarrea o estreñimiento. Síntomas comunes pueden ser los gases y la distensión abdominal.
Según información emitida por Mayo Clinic, estos síntomas requieren atención médica urgente:
-Sangre en las heces.
-Pérdida de peso inexplicable o rápida.
-Dolor abdominal incesante o severo.
-Vómito inexplicable.
-Mucho dolor o dificultad para tragar.
-Masa o bulto en el abdomen.
Vale la pena decir que los síntomas suelen aparecer y desaparecer con el paso del tiempo, y aunque no existe una cura, la alimentación, el estilo de vida y el control del estrés pueden aliviar los síntomas. Sobre la alimentación, no en todas las personas funcionan las mismas recomendaciones alimenticias, por lo que es importante acudir a un profesional para determinar la mejor dieta.
Sin embargo, por lo general se recomienda comer alimentos ricos en fibra y beber suficiente líquido. Además se deben evitar las bebidas carbonatadas, alcohólicas, la cafeína y verduras como col, brócilo y coliflor, pues pueden producir gases y distensión abdominal. Sumado a lo anterior, resulta vital reducir o eliminar los alimentos con gluten.
«Los estudios muestran que ciertos carbohidratos fermentados, conocidos como oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles (FODMAP, por sus siglas en inglés), pueden llevar a que las personas con síndrome del colon irritable sientan dolor en el abdomen, distensión abdominal y gases. Estos carbohidratos se encuentran en ciertas frutas y verduras, en el trigo, en el centeno, en las leguminosas, en los alimentos con lactosa como la leche, el queso y el yogur, así como en los edulcorantes artificiales», agrega Mayo Clinic en su información divulgada.
Ahora, lo importante es reducir la cantidad de consumo de estos compuestos, y es que lo complicado es saber qué alimentos los tienen o no. Para estos efectos la ayuda de un especialista como una nutricionista que revise sus síntomas y necesidades antes de cambiar los hábitos alimenticios y así elaborar un plan adecuado, es clave.
Sobre el estrés, existe una relación entre sus largos periodos y los síntomas del síndrome del colon irritable, por lo que reducir esos niveles es vital con practicas como el yoga o la meditación, por ejemplo. También es recomendable busca a un terapeuta o consejero experto en estos temas. No hay que olvidar además la importancia de hacer ejercicio, adaptando al cuerpo a rutinas regulares semana a semana, que además contribuyen a la salud física general.