Obispo de Hinche: “Por favor, oren por nosotros. Este país está muriendo”.
“Es ahora cuando deben actuar para salvar las vidas en Haití. Mañana será muy tarde”. Este es el llamado urgente de la Conferencia Episcopal Haitiana en una carta abierta [fechada el 27 de septiembre] a los líderes y políticos actuales, a quienes los obispos culpan de la gravísima crisis económica y la intensificación de las protestas violentas en las calles. En la carta, los líderes católicos comparan la situación prevaleciente como “un estado de guerra fratricida”.
En una llamada telefónica con la fundación internacional Aid to the Church in Need (ACN), Mons. Désinord Jean, obispo de Hinche en Haití, describe la angustia que están sufriendo los ciudadanos desde hace más de un mes: “La gente no puede salir a la calle. Estamos encerrados en las casas. Todos los caminos están bloqueados, incluso en casos urgentes, las ambulancias o los automóviles de emergencia no pueden moverse. No tenemos combustible. Los mercados no están funcionando. Todas las escuelas en el país han sido cerradas. La situación afecta a toda la nación.”
La situación de la población en el país más pobre del hemisferio occidental es devastadora. Entre los desafíos que ha tenido que enfrentar Haití, está la reconstrucción del país después del terrible terremoto de 2010 y el huracán Matthew de 2016, así como una epidemia de cólera y una economía estancada en un clima político altamente polarizado.
Pero además, este país de las Antillas, se ha desequilibrado por los continuos disturbios sociales durante el mandato del presidente Jovenel Moïse. Una de las razones, es la pobreza extrema y la falta de oportunidades laborales. Monseñor Jean corrobora estos datos: “El 80 % de las personas en el país están desempleadas. Y esto en un país donde el 65 % de la población es joven. La pobreza extrema les quita toda esperanza”.
Por otro lado, se acusa al gobierno y al presidente de corrupción. Es por eso, que cientos de haitianos protestan contra el gobierno con manifestaciones callejeras, cada vez más violentas. Sin embargo, el obispo haitiano expresa su consternación sobre los crecientes disturbios: “Destruir el país no es una solución. Probablemente sea una forma de expresar frustración, pero no es la solución. Tenemos que encontrar la manera de hablar”.
En su carta abierta, los líderes católicos llaman a los más altos funcionarios del Estado a “asumir sus responsabilidades, para garantizar el buen funcionamiento del país y las instituciones; son moralmente responsables de la seguridad y el bienestar de la población. En primer lugar, el Presidente de la República. Si el país está en llamas, es por su irresponsabilidad”.
El obispo de Hinche señala así mismo que “a pesar de nuestros repetidos llamamientos, durante casi dos años, los políticos de Haití siguen sordos. Ya en julio de 2018, tuvimos una gran crisis y el gobierno no hizo nada. Pero también los otros partidos políticos deberían trabajar en una solución. Lo peor es que los diferentes frentes no están abiertos a ningún diálogo”.
El obispo Jean hizo un llamamiento urgente a todos los católicos para acompañar a Haití “en este difícil y doloroso viaje por el desierto” como está escrito en la carta de los obispos. A los benefactores de ACN les dijo: “Quiero agradecer a ACN y todos sus benefactores por su apoyo a Haití a lo largo de los años. Han sido muy generosos y sabemos que aman a nuestro país. Ahora necesitamos sus oraciones, por favor recen por nosotros. Este país se está muriendo. Sabemos que Dios está con nosotros, pero a veces podemos llegar a sentir desánimo. Necesitamos sentir el apoyo de sus oraciones.”
Fuente y foto: ACN Colombia.