“¡Claro que sí!”: el P. Walter Maccalli, sacerdote y misionero también, no tiene la menor duda de que su hermano, Pier Luigi Maccalli, secuestrado en Níger hace exactamente un año, recuperará la libertad.
Justo el día del primer aniversario del secuestro el P. Walter, misionero de la SMA (Sociedad de Misiones Africanas) actualmente destinado a la misión de Foya en Liberia, envió un mensaje en exclusiva a la fundación pontificia ACN. En él además de expresar su certeza de que la liberación será posible confiesa no tener noticias sobre el paradero de su hermano desde que el 17 de septiembre de 2018 ocho hombres con armas y motocicletas secuestraran al sacerdote italiano en su casa de Bamoanga, Níger, frente a la iglesia local.
“Ha pasado un año desde el secuestro de Gigi y, desgraciadamente, no hemos sabido nada desde entonces. Todas las noticias de los periodistas y del Gobierno de Burkina Faso de que sería traído de vuelta a Níger no son más que suposiciones que no se han visto confirmadas…”.
Respondiendo a las preguntas de la fundación pontificia ACN, el P. Walter confiesa que está viviendo este primer aniversario del secuestro de su hermano en “un estado de ánimo que no puede describirse con palabras” y sólo entiende el que ha experimentado “esa realidad en la propia piel”.
La oración diaria y la “solidaridad y apoyo de los demás hermanos sacerdotes” es lo que ayuda al P. Walter a no perder el ánimo. Así explica cómo, por ejemplo, en su comunidad parroquial de Madignano, Liberia, se reza “el santo Rosario todos los días, al igual que en muchas otras parroquias de nuestra diócesis”. Una práctica que se extiende a muchas otras comunidades misioneras en todo el mundo.
En su conversación con ACN, el Padre Walter incluso comparte la oración que rezan juntos en su comunidad en Foya, Liberia: ‘Jesús, libera al P. Pier Luigi de su cautiverio y tráelo a casa sano y salvo’. Y luego hay otras frases y palabras que salen del corazón: ‘Que esta situación termine, Señor’”.
Cuando se le pregunta acerca de las mayores dificultades que podría afrontar el P. Pier Luigi, el P. Walter Maccalli afirma que “seguramente” sentirá la carga de no poder celebrar la Misa, así como la separación de familiares y amigos. Pero también agrega que cree que “tras los primeros momentos de tensión y miedo por su cautiverio, seguro que ha encontrado una respuesta en su oración por la nueva misión…, a saber, la de ser misionero desde el fondo del corazón, ejerciendo su ministerio con fidelidad y compasión como siempre lo hacía en la comunidad de Bomoanga, haciendo el bien, ayudando a los compañeros de celda, [teniendo] una buena palabra para sus captores, cuidando y consolando a los enfermos…”.
A 12 meses del secuestro de su hermano, el P. Walter Maccalli afirma que “no está tranquilo y que siempre está a la espera de recibir la buena noticia de la liberación de Gigi. Es como una herida que permanece abierta y que no cicatriza”.
A la pregunta de ACN de si cree en la liberación del P. Pier Luigi, la respuesta es inequívoca: “Claro que sí”. “Esa es la esperanza, su liberación. Sabemos que estas cosas llevan su tiempo, pero esperamos con fe y paciencia su puesta en libertad. Las oraciones que rezamos a diario en nuestra aldea las decimos con esa esperanza. Hay mucha gente que está rezando por él. Antes hacía el bien en la misión de Bomoanga, y estoy seguro de que sigue haciéndolo en su nueva misión”.
Actualmente en Liberia, el P. Walter tampoco está a salvo de posibles ataques como el que sufrió su hermano. No obstante, afirma no tener miedo. “Cuando estamos en una misión, no estamos pendientes del peligro que corremos, sino de nuestra misión, pues tenemos un compromiso importante que es anunciar el Evangelio. Lo importante es llevar a cabo la propia misión, por lo que no estamos pendientes de los peligros”.
Agradeciéndoles su solidaridad, el P. Walter les pide directamente a los benefactores y amigos de la fundación pontificia ACN de todo el mundo que no se olviden de rezar siempre por los misioneros. “Que se acuerden de nosotros, los misioneros, en sus oraciones, que no nos abandonen, que sean siempre solidarios con su oración y con su ayuda, tan importante. Que sigan difundiendo noticias y testimonios de unidad y paz, para que estas persecuciones tengan fin. Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias. Muchas, muchas gracias”.
Fuente: ACN Colombia.