El Seminario Interdiocesano de Nuestra Señora de Fátima, en Managua, ha tenido que reorganizarse debido al conflicto que atraviesa el país.
Nicaragua está atravesando una dura crisis sociopolítica que ha dejado centenares de muertos por la dura represión de los grupos policiales y parapoliciales afines al presidente Daniel Ortega. Esta crisis poco a poco va dando paso a una inestabilidad económica que se agrava cada mes. La Iglesia de Nicaragua sigue siendo fundamental para llegar a una solución pacífica del conflicto pero esto no la deja fuera de las amenazas de los violentos y de sufrir la escasez económica, junto con el pueblo.
A pesar de esta difícil situación, la Iglesia en Nicaragua continúa adelante en su misión evangelizadora y asistencial. Una clave para sostener esta ardua tarea es la formación de los futuros sacerdotes que se unirán a tantos presbíteros que en estos momentos están alentando a las comunidades en la esperanza y la paz. A diferencia de otros países de la región de Centroamérica, Nicaragua cuenta con numerosas vocaciones al sacerdocio, pero necesitan apoyo para poder mantener la formación y que ningún joven abandone por falta de medios.
“Antes de la crisis pedíamos que cada seminarista aportase nueve euros mensuales para los gastos del seminario. Además, ellos se costeaban los productos de higiene personal. Ahora, muchos me cuentan que no tienen ni para lo básico”, relata el padre Francisco Tigerino, rector del Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima. Aquí se formaban hasta el año 2016 los seminaristas de siete de las nueve jurisdicciones del país, es decir todas a excepción de Managua y Granada. Debido a la crisis y a que la Iglesia cedió parte de las instalaciones para llevar a cabo la primera fase de diálogo nacional solo se han quedado los seminaristas que cursan Teología. El resto ha tenido que volver a sus diócesis.
“Existen necesidades como la alimentación o los gastos de desplazamiento, pero la más grande es la del mantenimiento del edificio o el gasto de luz, que se ve incrementado por la escasez de recursos en el país”, comenta el padre Tigerino. La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) apoya activamente al Seminario Interdiocesano. El rector comenta: “La ayuda nos ha llegado como anillo al dedo, justo en el momento que estábamos más necesitados. Con la contribución hemos podido cubrir el mantenimiento del edificio, mantener a los profesores y al personal de secretaría”.
También los seminaristas se muestran profundamente agradecidos. Engels Mauricio Berríos de la Diócesis de León, cursa primer año de Teología. “Manifiesto un profundo agradecimiento a todos aquellos que con su buena voluntad han tenido presente las necesidades de nuestro seminario y apoyan constantemente esta noble labor que hace la Iglesia de formar hombres para la vida sacerdotal, haciendo posible la extensión del reino que quiere el Buen Jesús, formando pastores como dice el papa Francisco con olor a oveja.”
Este joven, de 28 años, destaca el valor de recibir su formación en el Seminario de Nuestra Señora de Fátima, en el que convive con jóvenes de otras partes de Nicaragua, “permitiéndonos enriquecernos en esta dimensión de convivencia e incrementando la riqueza de estar unidos en Cristo a pesar de las diferentes expresiones de nuestra fe”.
A su lado, sonríe Teófilo Jassiel Zamora, que es de la Diócesis de Siuna, en el otro extremo del país. “Somos realmente hermanos, aunque venimos de sitios tan distintos”. Para Teófilo, poder continuar con sus estudios es de gran significado, no solo para él y su familia, sino para toda la sociedad nicaragüense: “Es una alegría que a pesar de la situación, sociopolítica y económica, esta casa sigua en pie, gracias a sus colaboradores, sería una lástima abandonarla por la situación o por la crisis económica ya que ha sido la casa de todos los sacerdotes de Nicaragua y es patrimonio de la Iglesia.”
Engels Mauricio también ha experimentado las dificultades de la crisis del país: “Tengo presente que estos últimos años han sido tiempos difíciles para mi familia, por la situación de nuestra nación, pero a pesar de ello seguimos avanzando como Iglesia que lucha por mantener viva la esperanza cristiana, en Cristo lo podemos todo. Vuestra ayuda es un hecho concreto de que Dios está con nosotros. Nuestros obispos siguen siendo centinelas de nuestra nación, iluminando y acompañando al pueblo de Dios”.
El padre Tigerino, que vela por todos estos jóvenes, asegura que esperan pronto la paz y la estabilidad para el país, “así pedimos en la oración diariamente”. Pero reconoce que la situación sigue siendo de incertidumbre, “hay una enorme cantidad de personas saliendo de Nicaragua. Hay mucho desempleo, fábricas y centros de trabajo han tenido que cerrar porque no tienen para pagar. Muchos de nuestros alumnos vienen del campo y como ahora la época de lluvias se ha retrasado, algunas de sus familias han perdido la cosecha”.
Y agradece la solidaridad de los benefactores de ACN: “Que Dios bendiga vuestra inmensa generosidad. Lo que más me impresiona es que personas al otro lado del mundo nos estén apoyando, personas que seguramente nunca lleguemos a conocer. Ellos colaboran porque somos Iglesia y por amor al Reino de Dios. Vamos a seguir formando y sacando adelante a la Iglesia con vuestra ayuda y con la ayuda de Dios.”
ACN además del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima apoya la formación de 60 seminaristas en la Diócesis de Granada y de 37 seminaristas del nuevo Seminario Diocesano de Matagalpa, en el centro norte del país. Así mismo la fundación promueve otros proyectos extraordinarios para la adecuación de nuevos seminarios en las diócesis, donde acoger a los seminaristas que tuvieron que dejar el Seminario Interdiocesano. Por ejemplo, en Juigalpa, se ha instalado un nuevo seminario para la etapa de filosofía en un antiguo edificio diocesano, en el que ACN ha financiado la adaptación de las clases y de la residencia de los seminaristas.
Fuente y fotografías: ACN Colombia