El uso de simuladores de bebé avanza en distintos municipios del Departamento.
Con el fin de concientizar a los adolescentes y jóvenes de Casanare sobre el desarrollo de la autonomía para la toma de decisiones responsables frente a su sexualidad, la Secretaría de Salud Departamental desarrolla distintas acciones a través del programa de Prevención de Embarazos en Adolescentes, mediante el uso de simuladores de bebé.
Este año se han priorizado municipios que presentan mayor vulnerabilidad, por los altos índices de embarazo en adolescentes, como Paz de Ariporo, Hato Corozal, Nunchía y Pore. También se ha trabajado con población rural en la vereda La Barranca de Paz de Ariporo.
Esta estrategia ha llegado a varias instituciones educativas, con actividades que destacan en los jóvenes, la importancia de consolidar sus estudios, sus sueños a corto mediano y largo plazo y su proyecto de vida. De esta forma se motiva la participación de los estudiantes de octavo a décimo grado, con el fin de analizar las responsabilidades que conlleva tener un hijo a temprana edad.
“El programa con simuladores de bebé es una experiencia vivencial que se lleva directamente al aula de clase, a adolescentes escolarizados entre 12 y 16 años, con el objetivo de hacer un seguimiento durante los dos o tres años consecutivos, para que la intervención en estos jóvenes sea efectiva”, afirmó Nancy Olaya, referente de la Dimensión de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Secretaría de Salud Departamental.
De igual forma, se busca que los jóvenes desarrollen conocimientos, destrezas y habilidades, para que por sí mismos definan las implicaciones de responsabilidad que demanda tener un bebé a temprana edad, lo que en muchas ocasiones genera deserción escolar, pues muchos no pueden continuar con sus estudios, lo cual interfiere en su proyecto de vida.
Los simuladores de bebé son entregados a los estudiantes durante una semana acompañados de un proceso educativo qué contiene temas de empoderamiento, derechos sexuales, proyecto de vida, desarrollo de la autoestima y de la autonomía para la toma de decisiones.
La estrategia promueve también la equidad de género, y la prevención de la violencia, el uso de drogas y alcohol, y de infecciones de transmisión sexual.
El proyecto pedagógico involucra a los padres y a los docentes, lo que ha permitido su desarrollo de manera asertiva, concertada y con buena acogida en las instituciones educativas dónde se ha implementado.