La Corte Constitucional realizó una audiencia en la que escuchó las distintas posiciones.
La Corte Constitucional citó a una audiencia sobre los páramos, donde se debatió la prohibición o no de la minería y la agricultura de bajo impacto en los páramos del país.
Francisco Lara, el demandante y quien pidió la realización de esta audiencia aseguró que si bien existen personas viviendo en los páramos, no debería existir ningún tipo de actividad agropecuaria ni minera «debido a la alta vulnerabilidad de estos ecosistemas y su importancia para el abastecimiento de agua en Colombia».
A su paso, Ricardo Lozano, ministro de Ambiente reportó que en el país hay cerca de 150 mil personas viviendo en los 37 complejos de páramos y expuso la importancia de «conservar teniendo en cuenta que la naturaleza no debe estar desligada del ser humano».
«Debemos reconocer que hay personas viviendo dentro de los páramos y que son ellos los que- en su mayoría- nos ayudan a proteger los ecosistemas; también debemos tener en cuenta que los retos son enormes porque debemos ayudarlos a transformar esa agricultura o minería que causa impacto, por algo más sostenible», indicó.
En ese sentido, Lozano dijo estar de acuerdo con los trabajos de campo de bajo impacto, «siempre y cuando sean sostenibles».
Carlos Agudelo, licenciado en biología, magister y doctorado en ciencias afirmó en esta audiencia que los páramos son ecosistemas únicos en el mundo y «muy sensibles, vulnerables al daño. Son difíciles de restaurar».
El científico argumento que si bien está de acuerdo con la permanencia de personas en los páramos, «es necesario que el país cambie de paradigma para que no se siga produciendo minería ni agricultura de bajo o alto impacto, ya que esto reduciría la capacidad de estos ecosistemas para producir agua».
Hernando García, director del Instituto Humboldt afirmó que los estudios de la entidad dan cuenta «que se puede conservar, produciendo de manera sostenible en los páramos. Tenemos ejemplos de ello en el páramo de Chingaza, Cundinamarca».
«Además si prohibimos definitivamente las actividades de bajo impacto en los páramos, eso no es garantía de que se eliminen los conflictos ambientales», añadió García.
Finalmente las comunidades presentes en esta audiencia expusieron la inconformidad por la propuesta de dejar de producir en los páramos. «Es nuestra vida, sin eso no seríamos nada. Hace parte de nuestros ancestros, de nuestra cultura».