Miles de presos podrían también salir de la cárcel por la nueva determinación de la Corte Suprema.
El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, salió libre este viernes de la cárcel de Curitiba donde purgaba una pena de más de ocho años de reclusión, tras beneficiarse de una decisión de la Corte Suprema.
El líder histórico de la izquierda salió sonriente de la sede de la Policía Federal, donde cumplía su pena desde abril de 2018, y fue rodeado por una multitud enardecida de partidarios que lo aclamaba.
El expresidente de Brasil acusó a la Justicia, la Policía y al Estado brasileño de intentar «criminalizar» a la izquierda por los 580 días que estuvo en la cárcel.
«Necesitaba resistir para luchar contra el lado podrido del Estado, de la Policía Federal, del Ministerio Público, de la Justicia. Trabajaron para criminalizar a la izquierda, a Lula y al Partido de los Trabajadores», dijo Lula en las inmediaciones de las instalaciones en las que ha estado encarcelado ante una multitud de seguidores.
Su compañera sentimental, Rosángela da Silva, con quien anunció que se casaría una vez libre, lo abrazó apenas salió del recinto.
Un juez de ejecución de penas determinó poco antes que ya «no existen fundamentos para la ejecución de la sentencia», después que la Corte Suprema decidiera el jueves que nadie puede ser encarcelado mientras tenga recursos legales disponibles.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó previamente que Lula tiene la intención de «agradecer» a las personas que realizan una vigilia de apoyo en Curitiba «desde hace 580 días» y que una de sus primeras actividades previstas será visitar el Sindicato de los Metalúrgicos de las afueras de Sao Paulo donde inició su carrera política.
La decisión de la Corte Suprema debe llevar a los tribunales a examinar la situación de unas 5.000 personas. No todas serán sin embargo liberadas, porque los casos de mayor peligrosidad tendrían dictada prisión preventiva.