Cerca de 8.000 mujeres han sido víctimas de los efectos secundarios de implantes vaginales fabricados por esa empresa.
Más de 1.350 mujeres víctimas de los efectos secundarios de un implante vaginal distribuido por la multinacional Johnson & Johnson ganaron en Australia una importante demanda colectiva, calificada por los abogados del colectivo como la mayor en términos de salud de las mujeres en el país oceánico.
El Tribunal Federal de Australia dictaminó este jueves como «negligente» el comportamiento de la multinacional estadounidense y su filial Ethicon, al asegurar que «los riesgos eran conocidos, y no eran insignificantes».
Las mujeres reclamaban que los implantes vaginales, una malla que se coloca mediante una intervención quirúrgica para resolver daños en el suelo pélvico causados por el parto, les ha provocado problemas de incontinencia urinaria, dolor severo crónico o relaciones sexuales dolorosas.
La juez Anna Katzmann determinó que «los demandados son responsables de indemnizar a cualquier demandante o miembros de un grupo que haya sufrido y haya tenido lesiones a causa del defecto por el importe de la pérdida y el perjuicio que sufrió como resultado de dicho daño».
La magistrada concedió un tiempo a las partes para leer el fallo e intentar alcanzar un acuerdo, así como que las demandantes decidan si quieren recibir indemnizaciones por daños y perjuicios antes de que dicte su decisión final a mediados de febrero del próximo año.
Aunque no se ha fijado un monto se prevé que las indemnizaciones serán multimillonarias dado el número de demandantes, que podrían llegar a las 8.000 mujeres, de acuerdo a la firma legal Shine Lawyers, encargada del caso que comenzó en 2012.
«Ha sido un largo camino hasta este proceso legal. Hemos luchado duro para que se escuchen estas voces mientras hacían frente al dolor crónico y a las complicaciones de los implantes», dijo este jueves en un comunicado la abogada de Shine, Rebecca Jancauskas.
Más de 100.000 mujeres han presentado denuncias y reclamaciones en Estados Unidos contra Johnson & Johnson por los efectos secundarios de estos implantes vaginales, en demandas que también se han replicado en Reino Unidos, Canadá, entre otros.