«La ciudadanía en las calles tiene sus propios voceros, sus propias organizaciones y sus propias agendas y demandas», dijo López.
La alcaldesa electa de Bogotá, Claudia López, estuvo en la primera reunión de la ‘Gran Conversación Nacional‘, convocada por el presidente Iván Duque en respuesta a las protestas masivas, y se refirió al anuncio de Duque de recibir propuestas ciudadanas hasta el 15 de marzo de 2020 en torno a seis temas planteados por el Gobierno.
Para López, el primer mandatario debería escuchar primero a los líderes de las manifestaciones y no a los gobernadores y alcaldes electos.
«Ni nosotros los alcaldes de las ciudades capitales ni el resto de alcaldes y gobernadores representamos a la ciudadanía en la calle. Fuimos electos por ellos (…), pero yo no soy su vocera ni su representante«, dijo la alcaldesa electa, desde la Casa de Nariño.
«La ciudadanía en las calles tiene sus propios voceros, sus propias organizaciones y sus propias agendas y demandas. Por supuesto, lo que ellos están esperando es que se los convoque a ellos, a esos jóvenes, a esas organizaciones sociales, a esos ciudadanos para empezar directamente con ellos la conversación o diálogo nacional», agregó.
De otro lado, López aseguró que el gobierno de Duque, los gobiernos locales y los que se posesionarán el primero de enero deberían tener una actitud de humildad «de cara a este diálogo con la ciudadanía».
«Humildad para reconocer que hay cosas que van mal, pese a todos los esfuerzos que se estén haciendo. Humildad para reconocer que ha habido errores inaceptables, como que niños y jóvenes estén nuevamente muriendo en una guerra absolutamente prevenible. Humildad para reconocer errores como que un joven como Dilan Cruz esté muy delicado de salud», dijo.
«El diálogo no es para explicar con más profundidad las políticas gubernamentales y comunicarlas mejor. No, el diálogo tiene que ser para con humildad reconocer errores, hacer cambios y hacer concesiones. De lo contrario, va a ser un diálogo que lleve a nada concreto», añadió.
Asimismo, para ella, se debería construir un pacto para los jóvenes y para la Colombia rural: «La Colombia profunda, la Colombia campesina, la Colombia afro, étnica, de las regiones más olvidadas de Colombia, por supuesto espera el tema de paz con ellos, de paz con la ciudadanía, de inclusión de esa Colombia de siete millones de colombianos que viven prácticamente sin Estado, sin oportunidades, sin agua potable».
«Ellos merecen ser una mesa de diálogo concreta y aparte. Que no sea que los temas urbanos y las movilizaciones de los temas urbanos dejen en el olvido a la Colombia rural»
«¿Un pacto para relegitimar el poder? No veo que esa sea la causa por que esté marchando nadie en Colombia. Al contrario, resolver las necesidades de los colombianos más humildes, profundamente rurales y excluidos, y de los jóvenes, tanto de las zonas rurales como urbanas, y responder sus expectativas, eso va a legitimar a las diferentes formas de poder en Colombia», aseguró.