Aseguran que en el país «hay mucho miedo de hablar», un año después del funcionamiento de esa entidad.
La comisionada de la verdad, Marta Ruiz, aseguró que en el país «todavía hay mucha gente que tiene miedo de hablar«, al explicar el trabajo que ha realizado la Comisión de la Verdad en su primer año de funcionamiento.
Manifestó que el diálogo con pluralidad de voces, así como la escucha de las víctimas sobre los impactos del conflicto armado, es uno de los mayores retos de la entidad.
«No tiene mucho sentido en ciertos territorios hablar del pasado cuando el pasado está siendo presente. Entonces estamos teniendo que hacer muchas acciones de manera que en el presente se pueda frenar esa violencia», dijo Ruiz.
A través de un video, reconoció también las dificultades que han enfrentado para llegar a los territorios, donde » no hay acceso y por supuesto hay mucha gente que tiene miedo«,
Recordó que en Colombia «mucha gente que quiere hablar con la Comisión tiene que hacerlo fuera del territorio de manera colectiva, a través de informes. Hay muchas estrategias que podemos usar, pero por supuesto hay mucho miedo (…) En lugares donde hay más violencia la Comisión tiene que usar estrategias mucho más confidenciales para acceder a la verdad».
Además manifestó que es necesario «enfatizar su tarea de convivencia y de garantías de no repetición, es decir, lo que tiene que hacer la Comisión es trabajar con lo que hay, con lo que se puede, para evitar que la violencia siga«, al destacar la disposición de algunos exintegrantes de grupos paramilitares que vienen del proceso de Justicia y Paz y se han acogido en la Justica Especial para la Paz (JEP).
También consideró que persiste «el negacionismo» y la dificultad de reconocer las responsabilidades que fueron determinantes en varias acciones con la disminución de la guerra. “Todavía en Colombia cuesta mucho asumir incluso la responsabilidad política cuando el Estado o los ministros se equivocan”, señaló.
Finalmente, Ruiz aseguró en un comunicado que el encuentro con las víctimas «ayuda y motiva a los responsables a dar el paso al reconocimiento como un acto de autocrítica fundamental para la comprensión y el esclarecimiento de la verdad».