Los Guardianes de la Revolución iraní informaron que el ataque con misiles de su fuerza aérea contra la base militar Ain al Asad, situada en Irak y donde están desplegadas tropas estadounidenses, es un primer paso de su «dura venganza» por el asesinato de su comandante, Qasem Soleimaní.
«Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EEUU, advertimos de que cualquier otra maldad, violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante», aseguró el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución en un comunicado colgado este miércoles en su pagina web.
La nota también dirigió amenazas contra los países árabes aliados de EE.UU. que albergan bases militares estadounidenses, instando a que no se usen sus territorios para lanzar ataques de represalia contra Irán.
«Advertimos a los gobiernos aliados de EE.UU. que han dado sus bases al Ejército terrorista de ese país, que cualquier territorio, si es el origen de actos hostiles y agresivos contra la República Islámica de Irán, será nuestro objetivo», apuntó.
En cuanto a Israel, la Guardia Revolucionaria subrayó que considera que ese país está unido en estos crímenes con EE.UU.
Por último, el cuerpo militar de élite aconsejó a EE.UU. que convoque a sus soldados en la región «para evitar más daños y para no poner en peligro la vida de los militares de ese país por el creciente odio diario hacia el régimen impopular que domina EE.UU».
Según el Pentágono más de una decena de misiles balísticos impactaron en las últimas horas en dos bases aéreas que albergan tropas del país en Irak, las de Ain al Asad y Erbil.
Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, afirmó en un comunicado que todavía no se sabe si ha habido víctimas pero que está claro que los cohetes «se lanzaron desde Irán».
La nota de Irán solo cita la base de Ain al Asad y fuentes policiales y militares iraquíes confirmaron en principio a Efe también únicamente ese bombardeo y no el de Erbil.
En Ain al Asad se encuentran soldados norteamericanos desplegados en el marco de la coalición internacional liderada por EE.UU. de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Irán ha clamado venganza y ha exigidoa la retirada de las tropas estadounidenses de Oriente Medio tras el asesinato de Soleimaní en un bombardeo selectivo estadounidense en Bagdad el viernes pasado.
Soleimaní, como comandante de la Fuerza Quds, estuvo muy presente sobre el terreno en otros países de la región mediante el respaldo a grupos chiíes como el libanés Hizbulá o la milicia iraquí Multitud Popular, así como al régimen sirio de Bachar al Asad y al movimiento palestino Hamás.