Un policía fue acusado de tener relaciones sexuales con una joven que estaba reportada como desaparecida. El caso se registró en la ciudad de Kent, en Inglaterra.
Andrew Brooks, oficial de la Policía, invitó a su casa a una joven que se encontró en el centro de la ciudad. Aprovechando que su esposa no estaba, tuvo relaciones con la joven de solo 16 años, pese a saber con anterioridad la edad de la mujer.
Tiempo después, el agente Brooks se dio cuenta de que ella aparecía en lista de personas desaparecidas y que era buscada por las autoridades; por ello siguió contactando a la joven para que no revelara su identidad y mucho menos fuera a hablar sobre sus encuentros sexuales.
En una inspección de las autoridades a la casa de la joven, Brooks amenazó a la mujer asegurando que, si ella hablaba sobre lo ocurrido, perdería todo. Además, le contó a la adolescente que habría tratado de quitarse la vida meses antes y que una noticia de infidelidad ‘mataría’ a su esposa.
Al conocerse la noticia el oficial renunció a su cargo en la Policía, y en la audiencia por este hecho aseguró que temía que su esposa se enterara del caso ya que ella trabajó como funcionaria civil en la Policía de la ciudad.
El jurado de este caso sentenció a Brooks por ‘Mala conducta’, y de haber continuado en el cargo, hubiese sido destituido por la gravedad de los hechos.