El presidente de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, el influyente político conservador John Boehner, renunciará a sus cargos a fines de octubre, informaron este viernes diversos miembros del partido Republicano.
Boehner acaba de anunciar en una reunión que presentará su renuncia al cargo de presidente y al Congreso a fines del mes de octubre”, escribió el legislador republicano Bill Huizenga en la red social Twitter.
Una fuente próxima de Boehner y que solicitó el anonimato dijo que el legislador “está orgulloso de todo lo que la mayoría (republicana) y su presidencia han conseguido, pero por el bien del partido y de la institución renunciará a la presidencia y a su banca el 30 de octubre”.
El legislador, considerado uno de los hombres más poderosos del país, convocó sorpresivamente una reunión con sus copartidarios de la Cámara de Representantes y les transmitió la decisión, de acuerdo con fuentes coincidentes.
Católico declarado, Boehner fue visto el jueves llorando copiosamente durante el discurso que el papa Francisco pronunció ante las dos cámaras del Congreso estadounidense, y en especial cuando acompañó al pontífice al balcón de su oficina para que salude a la multitud.
El legislador se encontraba bajo una fuerte presión de los sectores más conservadores del partido republicano, y su salida de escena abre las puertas a una intensa batalla en el interior de ese partido, en momentos en que Estados Unidos inicia la marcha a las elecciones presidenciales de 2016.
La respuesta del partido Demócrata no se hizo esperar. “El caos en el liderazgo Republicano en la Cámara de Representantes finalmente cobró su víctima. Boehner ha sido destronado”, publicó en Twitter el legislador demócrata Gerry Connolly.
Profunda crisis interna
Boehner paga de esta forma los platos rotos por una rebelión que nunca logró controlar y que arrancó con el surgimiento del Tea Party (el ala ultraconservadora del partido Republicano) en 2010.
El súbito crecimiento de esa tendencia ultraconservadora le permitió al partido republicano alcanzar la mayoría de la Cámara de Representantes pero al costo de elevar a la bancas del congreso a legisladores adeptos a una línea de intransigencia total con el presidente Barack Obama y el partido Demócrata.
Esa lucha fraticida en el interior del partido Republicano ya había conducido al cierre parcial del estado federal en octubre de 2013 por falta de un presupuesto federal, cierre impulsado por los ultraconservadores del Tea Party que rechazaron y bloquearon la estrategia más flexible de los líderes del partido, incluyendo Boehner.
La salida de escena expone de forma cruda las profundas divisiones que persisten en el seno del partido y que se radicalizaron con la proximidad (el 1 de octubre) de una nueva discusión sobre el presupuesto federal.
En clara señal de la impopularidad de Boehner entre los conservadores, centenas de participantes de una conferencia de esa tendencia en Washington estallaron en una ovación al conocerse la noticia de su inminente renuncia.
Boehner sirvió como legislador desde 1991, y ocupa la presidencia de la cámara baja del Congreso desde 2011.
Por AFP