China intensificó el sábado las medidas de aislamiento y de control para evitar la propagación de la epidemia del coronavirus, que ha causado 54 muertos y provocado una «situación grave», en palabras del presidente Xi Jinping.
«Mientras tengamos una confianza firme, trabajemos juntos -prevención científica y tratamientos- con políticas precisas, seremos, con seguridad, capaces de ganar la batalla», dijo Xi.
Restricciones de circulación en Wuhan, corazón de la epidemia, alerta máxima en Hong Kong, controles sistemáticos en los transportes de norte a sur. China se esfuerza por contener el virus, que ya ha provocado 54 muertes en el país y 1.610 infectados.
A partir del lunes, las agencias de viaje chinas no podrán vender paquetes turísticos para grupos, anunció la cadena de televisión CCTV.
Pero el virus se expande y ya está presente en cuatro continentes. Europa registró sus primeros tres casos el viernes, en tres personas que viven en Francia y que habían estado recientemente en Wuhan, epicentro del nuevo coronavirus, de la familia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que en 2002-2003 mató a 774 personas en todo el mundo.
Australia confirmó además cuatro casos el sábado, todos ellos en personas que acababan de volver de China.
En Asia hay varios países afectados y en Estados Unidos un segundo caso se confirmó el viernes.
Sin embargo, el estudio de los primeros casos muestra que la tasa de mortalidad del virus, llamado 2019-nCoV, de la familia de los coronavirus, es bastante débil.
La tasa «es, de momento, de menos del 5%», indicó el profesor Yazdan Yazdanpanah, experto francés de la OMS, que atendió a pacientes en Francia.
«De forma general, los pacientes [afectados por el nuevo virus] están en un estado menos grave que con el SRAS«, que tenía una tasa de mortalidad del 9,5%, explicó el profesor Yazdanpanah.
Ni petardos ni dragones
China entró el sábado en el Año de la Rata, pero las conmemoraciones del Año Nuevo fueron mínimas y poco festivas. En las calles de Wuhan, una metrópolis de 11 millones de habitantes, no hubo petardos ni dragones.
En los límites de la zona prohibida, a unos 20 km al este del centro de la urbe, los vehículos intentaban cruzar un peaje de autopista, pero tenían que dar media vuelta.
«Nadie puede salir», repetía un policía a la AFP. Desde el jueves, tampoco pueden partir de la ciudad trenes ni aviones.
Además de Wuhan, casi toda la provincia de Hubei está aislada del mundo. En total, unos 56 millones de personas están confinadas.
En los pocos supermercados que quedaban abiertos, algunos ciudadanos trataban de conseguir mascarillas y productos desinfectantes.
«La gente intenta protegerse», explicó un cliente, que se mostró tranquilo. «El gobierno se está encargando. No hay problema«, sostuvo.
Hospitales saturados
El ejército envió el sábado a la zona prohibida tres aviones con 450 médicos y personal sanitario especializado. Algunos de ellos tienen experiencia en la lucha contra el virus del Ébola y el SRAS.
Los médicos militares trabajarán en distintos hospitales de la ciudad donde están ingresados numerosos pacientes con neumonía viral, precisó la agencia Xinhua.
Los hospitales están saturados. Un nuevo centro médico para un millar de pacientes está siendo construido in extremis en la zona y estará operativo en 10 días. A este se sumará otro hospital con 1.500 camas que estará listo en el sorprendente plazo de 15 días, según anunció el sábado un medio estatal.
Todas las víctimas mortales, salvo dos, fueron registradas en Wuhan o en la provincia de Hubei, grande como Siria.
Medidas extraordinarias
Además, se van a instalar puntos de inspección en prácticamente todo el país y todos los viajeros que presenten síntomas de neumonía serán «inmediatamente trasladados» a un centro médico, anunció un comunicado de la Comisión Nacional de Salud.
Hasta ahora, la mayoría de fallecidos eran personas mayores de 65 años o que ya tenían alguna enfermedad.
La Comisión Nacional de Salud también ordenó medidas a nivel nacional para detectar y aislar a las personas que portan el virus en aviones, trenes y autobuses en todo el país.
Muchos lugares turísticos, muy frecuentados, como la Ciudad Prohibida, partes de la Gran Muralla o el parque Disneyland de Shanghái, fueron cerrados para reducir el riesgo de contagio.
En Hong Kong, donde hay cinco casos confirmados, se ha decretado la alerta máxima, lo que implica la anulación del maratón y el cierre de las escuelas. Toda persona que llegue procedente de la China continental a este territorio semiautónomo tendrá que someterse a controles.
En Estados Unidos, donde se confirmaron dos casos, el presidente Donald Trump felicitó a Pekín por las medidas que puso en marcha para frenar la propagación del virus.
Por su parte, el grupo automovilístico francés PSA anunció este sábado que repatriará a sus trabajadores residentes en la región de Wuhan y a sus familias, en coordinación con las autoridades chinas y el consulado de Francia. Una medida que afectará a 38 personas.
Con la epidemia del SRAS, China fue señalada por el mundo y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por ocultar los primeros casos, agravando la crisis.