Un manifestante muerto, saqueos e incendios se produjeron la madrugada de este jueves en Santiago y otras ciudades de Chile, en un nuevo brote de violencia tras más de tres meses del inicio de un estallido social que no cesa y que esta vez involucra al mundo del fútbol.
La víctima es un joven de 22 años que protestaba en una barricada en la comuna de San Ramón, en Santiago, cuando «fue atropellado por un autobús del Transantiago (transporte público) que instantes antes había sido robado por encapuchados«, indicó un informe de Carabineros (Policía Uniformada).
Murió en un hospital cercano, mientras que el encapuchado que lo atropelló fue golpeado «por otros manifestantes, provocándole lesiones de carácter grave», y el autobús robado fue incendiado.
El joven es la segunda víctima en dos días, luego que el martes por la noche un hincha del club Colo Colo fuera atropellado por un camión policial en medio de enfrentamientos con agentes de seguridad tras un partido del torneo local.
En medio de la crisis social, las barras bravas participan de las protestas y en las últimas semanas se han unido al público en general durante partidos amistosos y oficiales para entonar cánticos y lemas contra el gobierno de Sebastián Piñera, cuya aprobación ha caído a un 6% según encuestas.
La Garra Blanca, la violenta hinchada del club Colo Colo, convocó a una concentración el miércoles fuera de su estadio para protestar por la muerte del fanático la noche anterior. Los hinchas levantaron barricadas que fueron encendidas en calles aledañas al estadio e incluso en una estación del metro.
También incendiaron un local comercial y un carro policial, en hechos violentos que se extendieron a otras comunas y hasta la madrugada.
En Quilicura –al sur de la capital chilena- se produjeron saqueos en al menos tres supermercados, mientras que en la vecina comuna de Lampa, manifestantes quemaron oficinas públicas. Al menos dos comisarías fueron atacadas en otros sectores de Santiago en desórdenes que también se replicaron en ciudades como Valparaíso (centro) y Concepción (sur).
Los disturbios recrudecen la violencia que había bajado en las últimas semanas, en medio de un estallido social que comenzó en Chile el 18 de octubre y en el que han muerto una treintena de personas, y otras miles han resultado heridas.