Fue una noche llena de emociones y en la que cada uno de los mariscales de campo se encargó de demostrar todo su potencial. Mahomes, quien arrancó bastante bien, se apagó en el tercer cuarto y volvió a aparecer en el cuarto con su precisión y gran inteligencia. Por su parte, Garoppolo, fue certero hasta cerca del final e intentó dejar en claro que quería conseguir su primer anillo, con él dentro del campo.
La primera mitad terminó igualada a 10 puntos, luego de dos cuartos vibrantes en los que ninguno de los dos equipos logró imponer su superioridad, hecho que obligó a los mariscales de campo a probar con todos los métodos para lograr las anotaciones, una de las cuales llegó por parte del encargado de pasar el balón en Kansas City Chiefs, el mencionado Mahomes.
Sin embargo, la segunda mitad arrancó mejor para los San Francisco y de la mano de Jimmy Garoppolo, quien mostró toda su experiencia, los 49ers se fueron arriba por 10 puntos luego de un gol de campo y un touchdown que les permitió acercarse al triunfo y soñar con una victoria que le diera a la franquicia el título de Super Bowl número seis, luego de los alcanzados en 1982, 1985, 1989, 1990 y 1995.
Sin embargo, llegó el momento de Mahomes, quien a sus 24 años no quería dejar escapar la oportunidad de hacer historia con su equipo y con un pase magistral de varias yardas consiguió que su equipo descontara siete puntos y quedara al borde de la igualdad, haciéndose responsable, como lo hizo durante toda la temporada regular y la misma postemporada, de llevar a su equipo a la victoria.
Posteriormente fue la defensiva de los Chiefs la que se hizo notar y esto, además de bloquear a Garoppolo, permitió que recuperaran la pelota, todavía con posibilidad de anotar, algo que aprovecharon a la perfección para ponerse en ventaja y cambiar el liderato del partido poniéndolo a su favor por marcador de 23-20, tras otro magnífico pase de Mahomes, que hacia el final fue el encargado de abrir el camino.
Con la presión en su contra, Garoppolo no pudo actuar de la mejor manera y no logró que su equipo recuperara el liderato del partido. Los Kansas City Chiefs se quedaron con el balón en su poder y con la ofensiva se encargaron de liquidar las acciones a su favor a través de Williams para, luego de cincuenta años, consolidar el segundo anillo de la franquicia.