El próximo jueves, la Comisión de la Verdad, que es una instancia que hace parte del sistema de Justicia Transicional creado en el país por el acuerdo de paz, recibirá el testimonio del expresidente de la República, Ernesto Samper Pizano.
El exmandatario acudirá a este organismo para dar su versión sobre temas trascendentales que ocurrieron en el marco del conflicto armado.
Samper promete contar la verdad sobre el asesinato del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, ocurrido en el año de 1995, el cual continúa en la impunidad.
Su comparecencia se da luego de que el mandatario Iván Duque y el conservatismo le pidieran al nuevo fiscal General, Francisco Barbosa, “sacar de la oscuridad” este crimen y dar con los responsables del mismo.
En su comparecencia ante la Comisión de la Verdad, Samper también hablará de las denuncias sobre el supuesto ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña presidencial, caso que es conocido como el ‘Proceso 8.000’.
Además, el exmandatario ha dicho que explicará detalles de la conspiración que en su momento se organizó contra el gobierno que él presidía.
Ernesto Samper es el primer expresidente de la República que decide, de manera voluntaria, presentarse a la Comisión de la Verdad para dar su contribución sobre lo ocurrido durante tantos años de violencia armada en el país.
“Durante la primera sesión se habló de drogas ilícitas y conflicto, haciendo particular énfasis en el impacto que tuvo en Colombia la política antidrogas de los Estados Unidos en el recrudecimiento de la violencia alimentada por el narcotráfico en el país. El expresidente también se refirió a la fumigación aérea de cultivos ilícitos, que él considera que no disminuye su siembra e incentiva la resiembra”, señala un comunicado de la oficina del dirigente político.
Durante su primera comparecencia ante el sistema de Justicia Transicional, Samper se mostró arrepentido de tres cosas en particular: De haber utilizado la fumigación aérea contra los cultivos ilícitos, de no haber expulsado al entonces embajador Miles Frechette por entrometerse en asuntos internos, y de no haber aprobado las normas que reglamentaban la extradición.