El emisario de la ONU para Siria, Geir Pedersen, alertó este miércoles al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre «el riesgo inminente de una escalada» de violencia en el noroeste del país en guerra, tras las recientes declaraciones de Turquía y Rusia.
«No puedo informar de ningún avance para poner fin a la violencia en el noroeste o reimpulsar el proceso político», dijo Pedersen durante una reunión mensual del Consejo de Seguridad sobre Siria.
A pesar de intensos reuniones, Moscú y Ankara, que apoyan al régimen sirio y a algunos grupos rebeldes respectivamente, no alcanzaron «ningún acuerdo», añadió.
Rusia hizo este miércoles una advertencia al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, después de que éste amenazara con lanzar pronto una ofensiva militar en Siria contra las fuerzas del régimen de Bashar al Asad en la región de Idlib, en el noroeste del país.
El secretario adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, recordó que unas 900.000 personas, entre ellas más de 500.000 niños, tuvieron que abandonar sus hogares en la zona de Idlib.
«La gente huye en condiciones atroces», lamentó. En las intervenciones de países miembros del Consejo de Seguridad, Alemania hizo un llamado al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para que actúe para detener el conflicto.
La guerra como juego
En los momentos más difíciles es cuando el ser humano puede desplegar lo mejor de sí mismo y demostrar su más alto valor. Al menos esta es la lección que este padre de familia le dio al mundo, cuando pese a estar en medio de la incertidumbre de la guerra, le hizo creer a su hija pequeña que todo ese infierno, era simplemente un juego.
El hombre, que escapaba con su familia desde Siria hacia Abdullah por la violencia del conflicto que se vive en esa zona, verdaderamente conmovió al mundo.
En medio de la dureza del viaje y el constante ruido de los bombarderos, el padre hizo que su hija pequeña superara el daño psicológico de la guerra una dura pero emotiva fórmula.
“Le dije que esos bombardeos vienen desde las armas de unos juguetes que vuelan en el cielo, y que eso en vez de miedo, se trataba de algo muy divertido”, aseguró en una imagen difundida en internet.
Además, le enseñó a la pequeña que cada vez que escuchara ese ruido tenía que aprender a reírse para «ser feliz”. El resultado de todas sus palabras se pudo comprobar en un video que se hizo popular rápidamente en redes sociales, en donde la niña estalla de carcajadas ante el ruido de los bombarderos.
Fuente y foto: AFP