El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo este sábado que Estados Unidos y Colombia «se arrepentirán» si llegasen a actuar contra una decena de funcionarios de su Gobierno, a quienes la nación norteamericana acusó, junto al propio Maduro, por presunto narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.
«Dentro de nuestras fronteras, y lo digo, porque los bolivarianos decimos lo que vamos a hacer, y fuera de nuestras fronteras, si le tocan un pelo nada más a un solo líder de nuestro país ustedes se arrepentirán para el resto de su vida», dijo Maduro durante un contacto telefónico con la televisión estatal VTV.
«Se lo digo a la oligarquía bogotana, a la oligarquía colombiana, y se lo digo también al imperialismo norteamericano: no nos sigan subestimando, mira que podemos llegar más lejos de lo que ustedes creen», prosiguió el líder venezolano.
Cargos contra Maduro y sus colaboradores
El Gobierno de Estados Unidos anunció el pasado jueves cargos contra Maduro y 14 de sus más cercanos colaboradores, así como contra dos disidentes de la antigua guerrilla colombiana FARC, por narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.
Los fiscales de Florida y Nueva York, donde se presentaron los cargos, aseguraron que durante los últimos 20 años, desde que el difunto presidente Hugo Chávez asumiera el poder en 1999, el Ejecutivo venezolano ha participado en una «violenta y corrupta conspiración» con las FARC para traficar con cocaína.
Supuestamente, en Venezuela, la trama está liderada por el «Cártel de los Soles», cuyo nombre se refiere a las insignias que llevan en los uniformes los militares venezolanos de alto rango.
Los fiscales estadounidenses afirman que el «líder» de ese supuesto cártel es Maduro, quien «personalmente» negoció con las FARC para darles armas y entabló conversaciones con otros países, como Honduras, para facilitar el paso de la cocaína por su territorio, de acuerdo a los escritos de acusación.
«Dejen quieto a quien quieto está»
Maduro ya respondió el pasado viernes a estas acusaciones y las tachó como «vulgares» y falsas, y hoy señaló que le podrían señalar casi por cualquier cosa, menos por narcotráfico.
«Nosotros queremos paz», dijo sobre la constante confrontación de su Gobierno con Estados Unidos. «Dejen quieto a quien quieto está, para que no tengan que arrepentirse por 200, 300 años», insistió.
Uno de los señalados por Estados Unidos, el exmilitar Clíver Alcalá, quien fue cercano a Hugo Chávez y se distanció de Maduro, se entregó ayer en Colombia a agentes de la DEA.
«Llenarnos de coronavirus»
Maduro también dijo que en las últimas 24 horas se detectaron seis nuevos casos de COVID-19 en el país, por cuanto ascendió a 119 el número de contagiados.
El mandatario defendió las medidas adoptadas por su Gobierno para contener los contagios y criticó a sus pares estadounidense y brasileño, Donald Trump y Jair Bolsonaro, respectivamente, a quienes señaló por no hacer lo suficiente contra el nuevo coronavirus.
Además, acusó a Estados Unidos de urdir un plan para propagar de manera masiva el COVID-19 en Venezuela y así proceder, luego, a forzar un cambio de Gobierno por la vía violenta.
«El plan de ellos era llenarnos de coronavirus», aseguró Maduro. «Empezaron a decir en el Washington Post, en el Miami Herald (que) ‘Venezuela va a ser el nuevo epicentro del coronavirus'», agregó, antes de preguntar: «¿Y quién es el nuevo epicentro del coronaviurus? Estados Unidos».
Golpe de Estado frustrado
De acuerdo con Maduro, después de que se propagara el nuevo coronavirus en Venezuela un sector de la oposición intentaría un golpe de Estado, apoyado por Estados Unidos y Colombia, en el que serían asesinados el propio presidente y varios de los principales líderes del chavismo.
Venezuela dijo el jueves que frustró este plan, que relacionó con la incautación en Colombia de un arsenal de armas.
Con todo, Maduro señaló hoy que varios grupos irregulares «ingresaron» al país, por lo que pidió ayuda a los venezolanos para «identificar cualquier lugar sospechoso» donde puedan ocultarse «mercenarios y paramilitares».