El cuerpo del médico Carlos Fabián Nieto permanecía en la morgue de la Clínica Colombia. Al ser trasladado hacia la carroza fúnebre que lo llevaría al cementerio Jardínez de la Paz, profesionales de la salud, celadores, y otros trabajadores de la clínica hicieron una calle de honor para despedirlo.
A medida que pasaba el vehículo, se escuchaban los aplausos de quienes fueron sus compañeros y de quienes le brindaron atención médica mientras estuvo hospitalizado.
La carroza contenía una cinta morada que decía: «Aquí va un héroe», y seguidamente, su nombre. Al llegar el vehículo, su padre se acercó y se asomó por la ventana para despedirse del mayor de sus tres hijos. En el cementerio se realizó la cremación del cuerpo del médico. La madre y la esposa del médico estaban allí en compañía de dos personas más. Solo ellos recibieron el féretro y lo acompañaron hasta el lugar de la cremación.
Su padre Carlos Fabián Nieto, dio a conocer que anoche estando en Apartadó, Antioquia, lugar donde reside, recibió la llamada de la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, quien según indicó, hizo los arreglos correspondientes para el traslado tanto de él como de su esposa.
«Como a las 10 de la noche la Dra. Marta Lucía Ramírez me llamó. A ella le interesó mucho que un médico tan joven estuviera tan grave. Luego, una hora después me llamó y me dijo que estuviera listo en el aeropuerto de Apartadó que me mandaría un transporte para traerme a Bogotá. Por el mal tiempo, hoy a las 8 am nos recogió un helicóptero y nos trajo hasta Guaimaral».
Sobre su hijo comentó que «él se vino de los Llanos hace dos años porque su sueño era especializarse como internista. A él le gustaba trabajar en UCI, esa era su pasión. El trabajaba en la UCI de Villavicencio… Luego se vino para Bogotá, estuvo en Méredi, estuvo en Colsanitas, donde estaba muy contento».
El señor Carlos Fabián Nieto dijo que queda agradecido con los especialistas que estuvieron al frente de la enfermedad de su hijo. «Todos los días hablábamos. Desde lejos es muy duro enfrentar esto».
Comentó que su hijo vivía con su compañera sentimental y dos hijos, una niña de cuatro años y un niño de 12 meses de nacido. «A ellos también se les practicó el aislamiento, les hicieron pruebas. A la esposa y a la niña todo le salió negativo pero al niño deben hacerle una nueva evaluación».
Recordó además el primer momento en que su hijo empezó a sentirse mal de salud: «Comenzó a tener tos. Inmediatamente fue a urgencias, lo revisaron pero no tenía fiebre y volvió a la casa. De un día a otro, tuvo dificultad para respirar, entonces esa noche del 31 de marzo él no pudo pedir un taxi y se fue manejando, yo lo acompañé a través de llamada de celular hasta que llegó a la clínica y esa misma noche lo internaron».
Agregó que él «afortunadamente dormía aparte, se protegía, pero cuando llegó se puso mal. Luego me llamaron y me dijeron que lo habían ingresado a UCI. Se le desencadenó de un momento a otro una neumonía grave y no respondió. La especialista me decía que nunca había visto una enfermedad tan tremenda».
Finalmente este hombre, quien el mismo día de la muerte de su hijo, está cumpliendo 56 años, dijo lo siguiente: «Si nosotros no tomamos conciencia de lo que viene, ¿cómo vamos a hacer con tanta gente enferma?. Mi hijo tuvo la bendición de que lo atendieran».