El número de muertos por coronavirus en Brasil llegó este miércoles a 1.736, con 28.320 casos confirmados, en medio de tensiones en el Gobierno de Jair Bolsonaro y rumores de una posible dimisión del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, desmentidos por él mismo, al menos por ahora.
El boletín diario del Ministerio de Salud indica que el número de fallecidos aumentó en 204 durante las últimas 24 horas y superó los 200 por segundo día consecutivo.
Los casos confirmados también aumentaron en forma exponencial y en la última jornada fueron detectados otros 3.058, «la mayor cifra hasta ahora en un sólo día», según destacó el balance.
Mandetta reiteró en rueda de prensa que los datos de los expertos dicen que el pico de la pandemia en el país será entre mayo y junio, cuando las temperaturas bajarán, sobre todo en el sur del país, y el coronavirus coincidirá con las gripes típicas de esa época.
Una renuncia no aceptada y tensiones visibles en la salud
Las discrepancias entre Bolsonaro y Mandetta por la necesidad de cuarentenas u otras medidas de aislamiento social, que el gobernante censura, llevaron este miércoles a la dimisión del secretario de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Wanderson de Oliveira.
El propio despacho confirmó que el funcionario había presentado su renuncia, pero Mandetta explicó en la rueda de prensa que no la aceptó y que le convenció a continuar en el cargo.
«Estamos juntos y continuamos juntos. Él dijo que salía, yo dije que no aceptaba y aquí estamos. Estamos juntos y saldremos juntos» cuando llegue el momento, declaró Mandetta junto a De Oliveira.
A pesar de que Mandetta afirmó que continúa en el cargo, igual que De Oliveira, sus discrepancias con Bolsonaro son públicas, en especial en torno a la necesidad de las cuarentenas que el ministro recomienda y el presidente critica por el impacto que tendrán en la ya maltrecha economía del país.
«Eso no es desconocido. Claramente hay diferencias», dijo el ministro, quien insistió en que trabaja con una «intransigente defensa de la ciencia», que es su «única brújula».
Mandetta no renuncia, pero Insinúa que tambalea
Mandetta, cuya gestión es aprobada por el 75 % de los brasileños, según encuestas, reiteró que sólo renunciaría en tres situaciones: «Si el presidente no quiere más mi trabajo. Si eventualmente me enfermo y no puedo continuar. O si siento que mi trabajo ya no es necesario, porque de alguna manera hemos superado este estrés».
No obstante, volvió a subrayar que su cargo «es del presidente», quien tendrá la última palabra.
«Parece que soy contra el presidente o el presidente es contra mí, pero sólo tenemos visiones diferentes», dijo Mandetta, quien dio a entender que Bolsonaro puede estar buscando un nuevo ministro.
«No somos insustituibles» y «existen personas muy capacitadas y con experiencia» para ocupar el cargo, declaró sobre esa discordia.
Entre ellos, citó al viceministro Joao Gabbardo, barajado como un posible sustituto de Mandetta. En la rueda de prensa, Gabbardo no confirmó si fue sondeado por Bolsonaro, pero declaró que, «si el presidente nombra un nuevo equipo», no pretende «abandonar el barco».