América Latina comienza a suavizar las medidas ante el coronavirus en busca de la «nueva normalidad», pero la amenaza de que lo peor está por llegar le acecha y los expertos advierten que bajar la guardia puede ser «desastroso».
Latinoamérica está como «Europa hace seis semanas» en cuanto al avance de la COVID-19, por lo que se espera un crecimiento del número de casos en las próximas semanas, advirtió el subdirector de la Organización Panamericana de Salud (OPS), Jarbas Barbosa.
El funcionario indicó que lo que «se puede esperar para las próximas semanas es el crecimiento de número de casos«, en un momento en que en la región hay más de 10.000 fallecidos por el coronavirus y más de 176.000 contagios confirmados.
«Por eso es importante que los ministerios de la Salud de los gobiernos sigan sin bajar la guardia con las medidas de distanciamiento», agregó Barbosa.
Dos meses después de registrar en Sao Paulo el primer caso, la cifra supera los 10.000 muertos y los 200.000 contagiados en esta región con 1.010 millones de habitantes, lejos aún de los crudos números de Estados Unidos, Italia o España.
Brasil encabeza los decesos (5.017), y le siguen México (1.569), Perú (943), Ecuador (883), República Dominicana (293) y Colombia (278), según un recuento de la AFP.
La respuesta rápida de los gobiernos, con cierres de fronteras, cuarentenas obligatorias e incluso toques de queda, les permitió ganar tiempo para ampliar la capacidad de atención reconvirtiendo centros de convenciones en salas hospitalarias, adquiriendo equipos y sumando hospitales privados a la campaña.
Pero ahora tratan de hallar un equilibrio entre estas medidas de contención y la reactivación económica, y tras el shock inicial, las poblaciones comienzan a salir del letargo.
En el caso de Colombia, el país decidió desde este 27 de abril permitir la reapertura de dos importantes sectores de la economía: manufactura y construcción, a la vez que mantiene el aislamiento preventivo obligatorio hasta el 11 de mayo, permitiendo que las personas puedan salir a hacer actividad física media hora en horas de la mañana.
Sin embargo, las medidas de aislamiento de niños, jóvenes y adultos mayores de 70 años siguen siendo duras para evitar la propagación del coronavirus.
Uruguay reabrió sus escuelas rurales y Costa Rica sus cines y gimnasios. Argentina, donde el confinamiento ha sido estricto, anunció su flexibilización en ciudades con menos de 500.000 habitantes y permite salidas de una hora diaria.
Incluso Ecuador, cuyas imágenes de los cadáveres en las calles de Guayaquil impactaron al mundo, optó por disminuir el nivel de alerta, cuando registra más de 24.000 casos de coronavirus, incluidos 883 muertos, lo que lo hace proporcionalmente el país latinoamericano más golpeado. El lunes pasará de la fase del «aislamiento» a la del «distanciamiento» por zonas y de acuerdo al nivel de riesgo.
Pero «relajar las medidas de inmediato podría ser desastroso», dijo a la AFP el director del departamento de enfermedades transmisibles y análisis de salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcos Espinal.
Los países «no deben bajar la guardia hasta que no veamos signos de que el brote no solamente haya llegado a su pico, sino que tengamos varios días con una disminución constante de los casos», agregó.
El organismo compara el escenario actual de la región al de Europa hace seis semanas y espera que el número de casos aumente.
Fuente: Sistema Integrado Digital/AFP
Foto: Inaldo Pérez / Sistema Integrado Digital