El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó este miércoles que su equipo de respuesta al COVID-19 se mantendrá «indefinidamente» con su foco centrado en la seguridad y la apertura económica, apenas un día después de anunciar su intención de desmantelarlo y distribuir sus tareas en diferentes agencias federales.
«El Grupo de Trabajo del coronavirus de la Casa Blanca, liderado por el vicepresidente Mike Pence, ha hecho un excelente trabajo al conjuntar recursos altamente complejos que han establecido un elevado estándar para otros a seguir en el futuro«, sostuvo Trump en su cuenta de Twitter.
La sala de crisis está compuesta por reputados expertos médicos como los doctores Anthony Fauci y Deborah Birx, quienes en más de una ocasión se han desmarcado de las declaraciones del mandatario, contradiciéndolo incluso.
«El Grupo de Trabajo continuará indefinidamente concentrado en la Seguridad y la Apertura de nuestro país de nuevo. Podemos añadir o retirar gente, según sea apropiado», informó.
El anuncio contrasta con lo señalado por el propio Trump este martes, durante a una visita a una fábrica de mascarillas en Phoenix (Arizona), donde apuntó que «Mike Pence y el grupo de trabajo han hecho un gran trabajo, pero ahora estamos pensando en una forma (de responder) un poco diferente».
«Y esa forma es la seguridad y la reapertura. Y probablemente crearemos un grupo diferente para eso«, agregó Trump poco después de aterrizar en el estado fronterizo, en su primera salida de la Casa Blanca desde finales de marzo.
Trump se ha mostrado ansioso por relajar las restricciones de distanciamiento social para retomar la actividad en EE.UU., foco actual de la pandemia del coronavirus, ante el severo impacto económico y en contra de las recomendaciones de gran número de expertos médicos.
Poco antes de las palabras del mandatario, Pence había indicado que para finales de mayo o principios de junio, el Gobierno espera que el panorama sea «muy diferente» al actual, con el pico en el número de casos ya superado y más de la mitad de los estados del país en proceso de desescalada gradual.
La decisión de desmantelar la sala de crisis centralizada fue recibida con sorpresa, dado que apenas un día antes el modelo de predicción de la evolución de la pandemia en el que se fija a menudo la Casa Blanca había actualizado sus cálculos para pronosticar que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 134.000 muertes en EE.UU.
Más de la mitad de los estados del país han comenzado a retirar gradualmente las medidas de confinamiento y restricción de movilidad pese a que los casos continúan en ascenso, y el saldo de fallecidos por el coronavirus superó este martes los 70.000, con más de 1.200.000 casos confirmados.
Esa proyección, del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, implica que el número de fallecimientos por COVID-19 casi llegaría a duplicarse en los próximos tres meses respecto a la cifra actual de más de 70.000 muertes.