Chile prolongó hasta el próximo 29 de mayo la megacuarentena que rige en Santiago desde la semana pasada y que mantiene confinadas en sus casas a cerca de 7 millones de personas, tras sufrir un nuevo récord de muertes y contagios diarios.
En las últimas 24 horas se registraron 4.038 casos nuevos de COVID-19 y 35 muertes, la mayoría de ellos en la capital y lo que eleva el balance total a 53.617 infectados y 544 fallecidos desde que se detectó el primer contagio a principios de marzo.
«Se mantiene sin variación hasta el viernes de la próxima semana por lo menos la provincia de Santiago y las 6 comunas que ya están en cuarentena«, anunció el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Pese a que gran cantidad de expertos señalan que la megacuarentena debería durar cerca de un mes, Mañalich rechazó pronunciarse e indicó que las medidas se evalúan semanalmente.
«Estamos todos luchando para vencer a este virus (…) Necesitamos todo el esfuerzo de todos los ciudadanos para disminuir el número de el contagios, ya ha ocurrido en nueve comunas (barrios) del Gran Santiago que están en cuarentena», agregó.
La megacuarentena, en vigor desde el 15 de mayo, había sido descartada hasta ahora por el Gobierno, que desde el inicio de la pandemia defendió las cuarentenas «selectivas y estratégicas», con restricciones de movimiento que se imponen y se levantan en cada comuna (barrio) en función de los nuevos contagios.
Además de Santiago y su periferia, también renuevan durante una semana el confinamiento las localidades de Antofagasta, Iquique, Alto Hospicio y Mejillones -todas al norte de la capital-, y se suma por primera vez a la cuarentena la sureña población de Lonquimay, en La Araucanía.
En total, en todo el país, quedarán en cuarentena casi 8 millones de personas.
Junto a los contagios y las muertes, también aumentó hasta 758 en las últimas 24 horas el número de pacientes que requieren ventilación mecánica, de los cuales 143 están en estado crítico, mientras que la capacidad hospitalaria de la capital sigue bajo mínimos y actualmente solo hay 80 camas en cuidados intensivos.
Mañalich anunció además un cambio en el conteo de nuevos casos, similar al que se adoptó durante el brote de influenza de 2009 y que previsiblemente hará aumentar en gran cantidad los contagios en los próximos días.
«En la práctica toda persona que tiene una infección respiratoria originada en un virus es muy improbable que esa infección se deba a otro agente, sino a coronavirus», explicó.
Esto es así «porque no hay circulando otros virus» en este momento, abundó.
La pandemia está haciendo mella en el bolsillo de los chilenos y este lunes se registraron las primeras protestas por falta de trabajo y alimentos en los barrios más humildes de la periferia capitalina, pese a que el Gobierno prometió la entrega de 2,5 millones de canastas alimenticias.
Chile se encuentra bajo estado de excepción, con toque de queda nocturno desde mediados de marzo, con colegios, universidades y fronteras cerradas, así como la mayoría de los comercios que no sean de primera necesidad.