Las centrales obreras calificaron como una reforma laboral disfrazada, el decreto 770 de 2020, que presentó el Ministerio de Trabajo con las medidas especiales laborales que serán tenidas en cuenta durante la pandemia del coronavirus.
El presidente de la Confederación General del Trabajo, Julio Roberto Gómez, indicó que esta serie de iniciativas tienen que ser socializadas con el movimiento sindical.
“Este decreto es para nosotros una reforma laboral disfrazada, que no tiene sentido ni presentación; para eso está la comisión permanente de concertación y lo queremos decir con todo respeto”, manifestó.
Agregó el líder sindical que estas decisiones no se pueden tomar a instancias de una pandemia de las presiones del Consejo Gremial Nacional como si fuera adelantar una reforma laboral.
“Hacemos un llamado al Gobierno Nacional para la derogatoria de este decreto y para que más bien estos temas los llevemos y analicemos en la mesa de concertación de políticas laborales y salariales”, subrayó.
Por su parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Diógenes Orjuela, señaló que este documento desconoce la existencia de las organizaciones sindicales en Colombia como representantes de los trabajadores.
“Este desconocimiento va desde el no reconocimiento de la interlocución de las centrales para la discusión de estas normas, hasta que no se reconozca que en las empresas existen sindicatos, usando continuamente la expresión del acuerdo entre los empleadores y los trabajadores sin tener en cuenta que son los sindicatos sus representantes”, manifestó.
Agregó que ven con sorpresa que las normas son un buen compendio de las exigencias del Consejo Gremial.
“El Gobierno interlocuta con el Consejo Gremial pero no con los trabajadores, en ese contexto, la mayoría de las empresas modifica la situación laboral de los turnos y las horas perjudicando a los trabajadores para no hacer el pago de la horas extras y el recargo nocturno”, subrayó.
El líder sindical manifestó que sigue siendo grave que el Gobierno mantiene la conducta de no apropiar los recursos de capital suficientes para salvar el empleo, salvar las empresas y garantizar la comida de la gente.
“Esa es la renta básica que se está planteando en el Congreso de la República”, puntualizó.