La ley china de seguridad nacional para Hong Kong, que contempla penas de cadena perpetua, entrará hoy en vigor tras ser aprobada por el Legislativo de China y ratificada por el presidente del país, Xi Jinping.
Aunque todavía no se ha divulgado el texto definitivo aprobado por el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, sí se ha filtrado que no tendrá efectos retroactivos salvo para «actos criminales de naturaleza continuada» y que las penas máximas podrán ser a perpetuidad.
China apuesta así por la mano dura para poner fin a las protestas antigubernamentales que el movimiento prodemocrático de la ciudad ha venido organizando desde mediados del año pasado, en las que el régimen chino ve una «mano negra» extranjera, apuntando a Estados Unidos.
Entre los detalles publicados hasta ahora por la prensa oficial, de los 66 artículos divididos en seis capítulos que componen la ley, destacan los delitos específicos que se perseguirán: secesión, subversión del poder estatal -acusación usada frecuentemente por China contra activistas y disidentes-, actividades terroristas y confabulación con fuerzas extranjeras para poner en peligro la seguridad nacional.
La jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, reveló que presidirá un Comité para la Protección de la Seguridad Nacional en Hong Kong, y que se crearán «unidades dedicadas» en la Policía y en el Departamento de Justicia para hacer cumplir la nueva ley.
Fue la líder hongkonesa quien reveló que la ley entrará en vigor «a más tarar en el día de hoy» una vez que el Gobierno local lo publique en su «Boletín Oficial».
Ese será el último paso del proceso legislativo, después de que la ANP aprobara también hoy adjuntar la norma al Anexo III de la Ley Básica -la «mini-Constitución de Hong Kong»-, que permite precisamente que China incluya leyes nacionales para su cumplimiento en la ciudad semiautónoma, que cuenta con un sistema legal propio.
«Solo perseguirá a una minoría extremadamente pequeña»
Lam defendió hoy en un mensaje grabado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la «necesidad urgente» de aprobar la polémica ley desde que comenzaron las protestas antigubernamentales a mediados del año pasado, y habló de «amenazas de actos terroristas» y de radicalización de jóvenes por parte de grupos independentistas.
«Era considerada una de las ciudades más seguras del mundo, y ahora la seguridad y la estabilidad se han convertido en preocupaciones relevantes«, apuntó Lam.
En su opinión, «ningún gobierno central miraría para otro lado ante amenazas a la soberanía y a la seguridad nacional, así como a riesgos de subversión del poder estatal«, en referencia a políticos del movimiento prodemocrático que «proclamaron que paralizarían el Gobierno hongkonés» o que «hicieron campañas para que gobiernos extranjeros interfirieran en los asuntos de Hong Kong o impusieran sanciones» a la ciudad.
Lam prometió que la ley solamente perseguirá a «una minoría extremadamente pequeña de personas que han infringido las leyes» y que «se protegerán la vida y propiedades y los derechos básicos y libertades de la gran mayoría de residentes de Hong Kong».
La líder local avanzó que se respetarán los derechos del sospechoso como la presunción de inocencia, y que la norma no tendrá «efecto retrospectivo» -en los últimos días se especuló con la posibilidad de que fuese retroactiva-, al tiempo que garantizó que, «excepto en situaciones específicas y poco comunes», serán las autoridades hongkonesas las que tengan la jurisdicción al respecto: «No afectará a la renombrada independencia judicial de Hong Kong».
Por último, la jefa ejecutiva acusó a los gobiernos extranjeros que han denunciado el proyecto de ley -entre los que figura el de Estados Unidos- de tener «doble rasero»: «Todos los países que han apuntado con el dedo a China tienen sus propias legislaciones de seguridad nacional».
«No se nos ocurre ninguna razón válida por la que se le tenga que impedir solamente a China que promulgue leyes de seguridad nacional para proteger cada parte de su territorio y a todos sus ciudadanos», sentenció.
Taiwán acogerá a hongkoneses
Este miércoles, el mismo día de la conmemoración de la vuelta de Hong Kong a China, en Taiwán comenzará a operar una oficina con la que se pretende agilizar los trámites para los hongkoneses que quieran mudarse a la isla.
No obstante, según la agencia taiwanesa CNA, por ahora las leyes y normativas relativas a la inmigración no serán más favorables para los hongkoneses que antes.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, citó el ejemplo de la ley de seguridad nacional para asegurar que es imposible aplicar en la isla el modelo «Un país, dos sistemas», que regula la autonomía hongkonesa dentro de China y que Pekín ofreció a Taipéi como vía para la reunificación pacífica.
«Estoy extremadamente decepcionada. China no cumplió con la promesa que hizo a Hong Kong«, apuntó la líder isleña.
La Declaración Sino-Británica de 1984, que articuló la retrocesión de Hong Kong de manos británicas a chinas en 1997, estableció el mantenimiento durante al menos 50 años a partir de esa fecha de una serie de libertades en el territorio, inimaginables en la China continental.
Abogados y activistas hongkoneses creen que la ley terminará por cercenar las libertades que goza la ciudad frente al resto de China; no obstante, en el Ministerio de Asuntos Exteriores de China sus portavoces han reiterado que los compromisos recogidos en el citado documento se cumplieron en su momento.