Karina Cequeda informó que Manuel Cequeda, de 74 años, fue ingresado a la Clínica Reina Catalina, en Baranoa. Después de tres días les informaron que había fallecido.
La mujer, que es enfermera en jefe, se puso un traje de bioseguridad para poder ver el cuerpo de su abuelo, pero en la clínica se lo negaron y solo le mostraron una foto. Por la imagen ella estaba segura de que no era su familiar, pero allí insistieron que sí “y ese es el que se tiene que llevar”.
Al llegar a Palmar de Varela, señaló, se negó a sepultarlo hasta verlo, por lo que volvió a vestirse de manera segura y al abrir la bolsa se llevó una sorpresa.
“No es mi papá, es un señor de edad, de aproximadamente 85 años, con lunares en la cabeza. Mi papá tenía dientes, el paciente no tenía ni chapas, tenía los dientes como comidos. Y llamo acá y tiene rótulo de mi papá, Manuel Cequeda. Llego nuevamente aquí a la clínica y le echan a la culpa a los de la funeraria”, denunció.
“Qué pena, las funerarias no conocen los pacientes”, agregó molesta.
Cuando la dejaron ingresar, encontró el cadáver de otro paciente con el “rótulo de otro familiar; es mi papá con el nombre de otro paciente”, aseveró la enfermera.
Lo peor, según se conoció, es que el cuerpo que le entregaron a la mujer era de un hombre que su familia aún creía con vida.
“Estamos en pandemia, sí, soy enfermera jefe, lo entiendo, pero hay que ponerse en el lugar de los familiares”, pidió la enfermera luego de denunciar la grave irregularidad en la entrega de cuerpos, que se ha hecho frecuente en el departamento.
Artículo tomado de CARACOL NOTICIAS