La fundación Ayuda a la Iglesia Que Sufre (ACN) ha publicado el informe «La vida después de ISIS: Nuevos desafíos para los cristianos en Irak«, que recoge los resultados de una serie de encuestas realizadas en el transcurso de un año. El estudio presenta los retos que afrontan actualmente los cristianos iraquíes que volvieron a sus poblaciones de origen de la Llanura del Nínive, después de haber sido víctimas de una persecución dramática en 2014, reconocida internacionalmente como genocidio.
El informe advierte que, si la comunidad internacional no toma medidas inmediatas, la emigración forzada podría reducir la población cristiana en la región en cuatro años a un 80% menos de la que había antes de la invasión del ISIS. Esto haría que la comunidad cristiana pasara de la categoría de «vulnerable» a la categoría crítica de «en peligro de extinción».
El estudio, dirigido por el jefe del departamento de Medio Oriente de ACN, el sacerdote Andrzej Halemba, y llevado a cabo por Xavier Bisits, combina datos secundarios con material de fuentes primarias y se basa en las encuestas por muestreo realizadas por Bisits, colaborador de ACN en Iraq en 2019.
Según el informe el 100% los cristianos que habitan la zona sienten falta de seguridad y el 87% de ellos incluso indican que la sienten “mucho” o “notablemente”. Las encuestan señalas la actividad violenta de las milicias locales y la posibilidad de un regreso del Estado Islámico como los principales motivos de este temor. Un 69% señala esta como la causa primera que una posible migración obligada.
Sobre todo, la Milicia Shabak y la Brigada Babilonia, las dos principales milicias apoyadas por Irán que operan en las Llanuras de Nínive, han sido objeto de quejas. Operan con el permiso del gobierno iraquí porque ayudaron a derrotar a ISIS pero el 24% de los encuestados afirman que su familia ha sido afectada negativamente por una milicia u otro grupo hostil. “Acoso e intimidación, a menudo relacionados con demandas de dinero”, son las formas más comunes de hostilidad que indican.
Además de la inseguridad, los cristianos indican la falta de perspectivas laborales y desarrollo económico (70%), la corrupción económica y administrativa (51%) y la discriminación religiosa (39%) que sienten a nivel social como los desafíos actuales que siguen empujando a los cristianos a la migración. Las disputas entre el gobierno central de Bagdad y el gobierno regional del Kurdistán, notable en ciertas zonas de mayoría cristiana, aumentan el sentimiento de inseguridad.
“El informe no es pesimista, pero es una clara advertencia porque sin una acción política concertada e inmediata la presencia de los cristianos en la región de las Llanuras de Nínive y sus alrededores será eliminada”, denuncia el director del estudio.
Sin embargo, a pesar de la urgente llamada de alerta a la comunidad internacional, el jefe de proyectos de la fundación ACN registra “una evolución positiva” si se tiene en cuenta que, en la primera encuesta realizada por la fundación en noviembre de 2016, sólo el 3,3% de los cristianos de las Llanuras de Nínive tenían alguna esperanza de regresar a sus ciudades y pueblos, debido a las preocupaciones de seguridad y la falta de vivienda. “Hoy, el 36,2% de los cristianos han regresado,” recuerda el padre Andrzej Halemba. Un balance positivo que según Halemba se debe al plan de reconstrucción a largo plazo que la fundación lanzó a principios de 2017 para abordar, junto con otras organizaciones, la tarea de reconstruir los devastados hogares cristianos en las Llanuras de Nínive. “El plan tenía como objetivo restaurar las viviendas y ofrecer oportunidades de empleo. Todas las Iglesias locales se mostraron solidarias y se unieron en el Comité de Reconstrucción de Nínive (NRC), un organismo creado para coordinar el proceso de reconstrucción.” explica el padre Andrzej Halemba.
ACN aportó 6,5 millones de euros para la reconstrucción de un 35% de ellas, en total 2.860 viviendas en seis ciudades y aldeas de las Llanuras de Nínive. Estos esfuerzos tuvieron el efecto deseado y un significativo número de familias han retornado a casa. “Hasta abril de 2020 han regresado 45% de las familias, aunque muchas de ellas segregadas, sólo parte de los miembros que las constituían han regresado, pero un total de 8.166 casas dañadas y destruidas han sido reparadas,” resume el representante de la fundación.
A pesar de las cifras, las últimas encuestas de ACN preocupan a la fundación porque revelan que, si bien la falta de vivienda ha dejado de ser un obstáculo, el miedo y la inseguridad dominantes en la zona dificultan que se cumplan las condiciones favorables para la sobrevivencia de los cristianos iraquíes. “El panorama es inevitablemente sombrío porque los cristianos sienten que han llegado a un punto de inflexión en lo que respecta a la viabilidad de su presencia en la región”, subraya el padre Halemba. “Existen estrategias de contención, planes e iniciativas que no sólo son factibles sino sostenibles si se diera una cooperación regional, nacional e internacional. Por muchas y variadas que sean estas estrategias, lo que todas tienen en común es la urgencia,” recalca el representante de la fundación.
Además de medidas para ayudar al desarrollo económico, el jefe de proyectos para Medio Oriente reclama “la presencia de una representación permanente de los cristianos en el gobierno nacional y local para asegurar la defensa de sus derechos humanos fundamentales, especialmente el derecho a la igualdad de ciudadanía,” algo que hoy en día no se da.
“Por nuestra parte haremos todo lo que está en nuestras manos, las generaciones futuras nunca deberían echarnos en cara: hicisteis demasiado poco, demasiado tarde,” concluye el padre Halemba.
Fuente y foto: ACN Colombia