Los cuatro paracaídas principales de la cápsula Crew Dragon Endeavour, de la firma privada SpaceX, se desplegaron y quedaron flotando suavemente después de que la nave, con los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley a bordo, amerizara en la costa de Pensacola (Florida) a las 14h48 tal cual estaba programado.
Hurley, el piloto, expresó al regresar: «Es realmente nuestro honor y privilegio» participar en esta misión.
El presidente Donald Trump, que había viajado a Florida para el lanzamiento de la cápsula hace dos meses, elogió el regreso exitoso y agradeció a los participantes del proyecto.
«Es maravilloso tener a los astronautas de la NASA de vuelta en la Tierra tras una muy exitosa misión de dos meses. ¡Gracias a todos!», escribió en su cuenta de Twitter.
Behnken y Hurley fueron los primeros astronautas estadounidenses en viajar en esta cápsula a la ISS -a 400 km de la Tierra.
La cápsula fue recogida en aguas del Atlántico por el bote de recuperación «GO Navigator». Allí los astronautas deben ser sometidos a chequeo médico antes de ser trasladados a tierra.
El éxito de la misión demuestra que Estados Unidos una vez más tiene capacidad de enviar a sus astronautas al espacio y traerlos de regreso. Desde el último vuelo de un transbordador espacial en 2011, había tenido que apelar a la colaboración de Rusia para ese propósito y pagar unos 80 millones de dólares por asiento ocupado en sus Soyuz.
La fase final de esta operación de la agencia espacial estadounidense en sociedad con la compañía del excéntrico empresario Elon Musk, afrontó hasta último momento temores por el riesgo de la tormenta tropical Isaías, que bordea la península de Florida y que había hecho descartar el lugar original para el amerizaje.
Un éxito de la misión también supone una gran victoria para SpaceX, que Musk fundó en 2002 y ha superado a Boeing, su principal competidor en la carrera espacial comercial.
Estados Unidos ha pagado a esas dos compañías unos 7.000 millones de dólares por sus contratos para el servicio de «taxi espacial», pero los esfuerzos del gigante aeroespacial Boeing han fracasado seriamente hasta ahora.Por otra parte, Behnken y Hurley, se han convertido en los primeros astronautas en ser llevados al espacio por una empresa privada contratada por la NASA.
Reingreso a la atmósfera
Horas antes de su llegada, la cápsula Crew Dragon «Endeavour» debió pasar varias etapas.
A las 13h51 (17h51 GMT), debió desprender su «tronco», que contiene su fuente de energía, calefacción y otros sistemas, los cuales se incineraron en la atmósfera.
Entonces se dispararon sus propulsores para maniobrar en la órbita y lograr la trayectoria adecuada de cara al amerizaje.
El programa marcaba que a las 14h32 (18h32 GMT) volviera a entrar en la atmósfera a una velocidad de alrededor de 28.000 kph.
El escudo térmico de la nave debía soportar temperaturas de 1900 grados Celsius, lo que llevaba a un corte de las comunicaciones durante varios minutos.
Luego la cápsula tuvo que desplegar dos juegos de paracaídas en su descenso, para reducir su velocidad a solo 24 km/h al llegar al agua.
Es el primer amerizaje para una nave espacial estadounidense desde la misión conjunta Apollo-Soyuz, en 1975.
Astro papás
La nave SpaceX Crew Dragon partió desde la Estación Espacial Internacional el sábado por la noche.
Imágenes de la NASA mostraron que la cápsula se alejaba lentamente de la ISS en la oscuridad del espacio, terminando una estadía de dos meses para ambos tripulantes.
Durante una ceremonia de despedida en la estación, Behnken declaró que «la parte más difícil fue lanzarnos. Pero la parte más importante es llevarnos a casa».
Dirigiéndose a su hijo y al hijo de Hurley, levantó un dinosaurio de juguete que los niños eligieron enviar en la misión y expresó: «Tremor el Apatosaurio se dirigirá a casa pronto y estará con sus padres».
El regreso marca apenas el inicio de una era para Crew Dragon, ya que SpaceX y la NASA miran hacia futuras misiones.
La «Endeavour» volverá a la sede de Dragon SpaceX en Florida, donde se someterá a un proceso de inspección de seis semanas de duración, en el que se analizarán los datos y su rendimiento para certificar que la nave está apta para futuras misiones en la órbita terrestre baja.