Estados Unidos prohibió este lunes las importaciones de determinados productos chinos originarios de la provincia de Xinjiang, con población musulmana, alegando que están fabricados con mano de obra forzosa.
El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, en inglés) informó en un comunicado que la Oficina de Aduanas y de Protección Fronteriza ha emitido cinco órdenes WRO, que es una figura empleada por Washington para prohibir las importaciones de bienes que considera que son fruto de la mano de obra forzada.
En la nota, el DHS explica que los productos chinos objeto de esas cinco órdenes «fueron producidos por mano de obra forzosa patrocinada por el Estado (chino) en la región autónoma uigur de Xinjiang, donde el Gobierno chino está involucrado en abusos de derechos humanos sistemáticos contra el pueblo uigur y otras minorías étnicas y religiosas».
«Adoptando esta acción, el DHS está combatiendo el trabajo forzado ilegal e inhumano, un tipo de esclavitud moderna, empleado para fabricar bienes que el Gobierno chino intenta importar a EE.UU.», dijo el subsecretario en funciones del DHS, Ken Cuccinelli.
Las órdenes afectan a equipos informáticos, productos para el cabello, algodón y ropa, supuestamente fabricados en campos de internamiento y en prisiones en Xinjiang.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, subrayó en otro comunicado que esta medida «demuestra que el mundo no tolerará los abusos de derechos humanos por parte de China contra los uigures y miembros de otros grupos musulmanes minoritarios, que incluyen el sometimiento de individuos a trabajos forzados y arrebatarles de su libertad».
Washington calcula que más de un millón de uigures, kazajos, kirguisos y otros miembros de minorías musulmanas han sido detenidos por el Gobierno chino en campos de internamiento en Xinjiang, donde podrían haber sido objeto de abusos y torturas.
Por otro lado, el Departamento de Estado rebajó este lunes de nivel 4 a nivel 3 las recomendaciones de viaje a China.
De esta manera, las autoridades de EE.UU. pasan de recomendar a sus ciudadanos que no viajen al país asiático «debido al impacto global de la COVID-19» a «reconsiderar los viajes a China, incluida la región especial Administrativa de Hong Kong», debido a la pandemia y «a la aplicación arbitraria de las leyes locales».
La pandemia, de la que el presidente estadounidense, Donald Trump, culpa a China -suele referirse al coronavirus como «virus chino»-, ha tensado las relaciones entre Washington y Pekín.
El pasado 31 de enero, el mandatario prohibió la entrada a EE.UU. de los viajeros procedentes de China, una medida que aplicó más tarde a viajeros de la zona europea Schengen, para evitar la expansión de la pandemia.