Reporteros Sin Fronteras (RSF) sabe que nunca existe riesgo cero para el que por vocación va a zonas peligrosas, y que la seguridad parece ser en parte asunto del propio periodista, por lo que ha editado una herramienta en forma de “Manual de seguridad para periodistas”.
Elaborado a partir de los consejos de reporteros veteranos y de las prácticas implantadas en medios y agencias de información, esta guía práctica para reporteros en zonas de riesgo, que se presenta hoy, la ha elaborado RSF en colaboración con la Unesco.
Los tiempos han cambiado y la seguridad digital se ha unido a otras muchas reglas de oro que debe tener en cuenta el periodista para protegerse, especialmente en zonas de conflicto, donde un móvil o un ordenador pueden ser ahora un riesgo.
Incluye consejos sobre cómo evitar las lesiones físicas y el trauma psicológico entre los informadores que cubren conflictos armados o desastres naturales, así como medidas de protección en casos de epidemias y de violencia sexual.
Traducido al inglés, español y árabe, se distribuye de forma gratuita, en formato descargable desde cualquier punto del planeta.
Y no hay que olvidar, como recuerda en el prólogo Guy Berger, director para la Libertad de Expresión y el Desarrollo de los Medios de Comunicación de la Unesco, que casi el 95 % de los periodistas muertos en el cumplimiento del deber son informadores locales que no cubrían conflictos armados.
A continuación se destacan algunos de los principales consejos:
– Antes de viajar, recabar información actualizada del país; evaluar riesgos; conocer los límites de cada uno y prepararse médica y psicológicamente. Formarse en primeros auxilios.
– Salir con una identidad digital lo más virgen posible. Asegurar las comunicaciones para limitar el riesgo de espionaje digital.
– Sobre el terreno optar por un móvil básico, llevar varias tarjetas SIM locales de prepago con mínimos contactos e información; retirar el chip y la batería antes de ver a una fuente comprometedora; cifrar los emails; en caso de peligro expulsar la memoria del ordenador y ocultarla; desactivar el wifi, el bluetooth y la geolocalización.
– Mochila de reportero: casco, manta isotérmica, bolsas para retretes portátiles, herramienta multiusos, linterna frontal, máscara antigás y de avión, cinta americana, gafas de protección y memorias USB, entre otros; pasaporte y demás documentación, mapas, contactos de emergencia y dinero.
– Alojamiento: nunca en un edificio u hotel en una zona aislada, calle de un solo sentido o callejón sin salida. Si hay riesgo de atentado alejar la cama de la ventana.
– Guía y chófer: evaluar experiencia y estado de fatiga. El modelo de coche más popular en la región es buena opción para mimetizarse.
– Desplazamientos: evitar rutinas, informar a un contacto, no facilitar el itinerario al conductor hasta arrancar; cuidado con falsos accidentes y evitar la noche.
– En zona de tiroteo echarse al suelo, meterse en un agujero, tras un muro grueso o un vehículo; abandonar la zona en zigzag, quedarse quieto a la espera de un receso o hacerse el muerto.
– Contra francotiradores: indicar de forma visible que se es periodista. No usar estampado de camuflaje; la lluvia, la nieve, el viento y la niebla son aliados frente a ellos.
– Bombardeos y armas químicas: no entrar en pánico y en lugar de huir echarse al suelo, arrastrarse al refugio más cercano; evitar áticos y sótanos; proteger vías respiratorias.
– Evitar minas: no abandonar carreteras y caminos frecuentados, ni siquiera para ir al baño.
– Amenaza de muerte: informar siempre a las autoridades.
– Catástrofes naturales o epidemias: usar ropa y equipo de seguridad y evitar el contacto físico directo y el intercambio de objetos, incluso móviles.
– Manifestación violenta: casco, máscara y chaleco, identificar vías de escape; no interponerse entre policías y manifestantes.
– Evitar violencia sexual (también son consejos para hombres): usar alianza, ropa holgada, en aglomeraciones mejor varias capas y debajo traje de baño.
– Intento de violación: tratar de asquear al agresor o apelar a su humanidad diciendo que se está embarazada, que se tiene la menstruación (usar una cápsula de sangre falsa y una compresa para que resulte creíble) o que se está enferma.
– Privación de libertad: establecer un diálogo con captores, mantenerse activo mental y físicamente, ser paciente y nunca perder la esperanza.
Por EFE