Este viernes se conocieron apartes de la necropsia que le practicó el Instituto de Medicina Legal al cuerpo del ingeniero y estudiante de Derecho, Javier Ordóñez quien falleció en la madrugada del pasado 9 de septiembre tras ser detenido por varios patrulleros de la Policía en la localidad de Engativá.
En el documento, revelado por el diario El Tiempo, se señala que el cuerpo del hombre de 43 años de edad presentaba un «trauma cerrado de abdomen, de alta energía», así como huellas externas de trauma en flanco abdominal izquierdo y región lumbar izquierda que pueden corresponder a elemento de forma curva o redonda».
En otro de los apartes se recalca las heridas producidas por las armas tipo ‘taser’ en el procedimiento en contra del abogado quien fue detenido por consumir bebidas alcohólicas en vía pública.
«Lesiones patrón producidas por elemento punzante por arma de conducción eléctrica», señala el dictamen. Igualmente se indica que existen muestras de la fuerza que ejercieron los policías a la hora de detener a Ordóñez: «evidencia de signos de inmovilización. Equimosis en las muñecas, con marcas visibles extremadamente y de patrón regular».
En el informe revelado por El Tiempo igualmente se revela que el ingeniero de profesión presentaba «lesiones de tipo abrasivo, lineales, hemorrágicas y superficiales localizadas en hemiadbomen inferior, región lumbar derecha y en la frente, lado izquierdo; las lesiones patrón descritas se correlacionan con los mecanismos del arma aportada».
El mismo documento afirma que el cuerpo presentaba diversas heridas provocadas por un elemento pesado: «Contusiones múltiples del mesenterio (mesocolon) del lado derecho, que compromete el mismo en la flexura hepática. Laceraciones múltiples del mesenterio (mesocolon) del lado izquierdo, que compromete el mismo en la flexura esplénica. Hemorragia extensa en los tejidos blandos que rodean el riñón derecho parcialmente obtenida».
Finalmente, y como uno de los datos clave del documento, se indica que existe presencia de un proyectil de arma de fuego en el cuerpo de Ordóñez.
«Trauma penetrante, de tejidos blandos de miembro inferior derecho por esquirlas de un proyectil de arma de fuego«. Los forenses, según se destaca, no pudieron localizar un punto de salida «sin residuos macroscópicos de disparo en piel».
Este documento será clave en la imputación de cargos contra los patrulleros de la Policía Juan Camilo Lloreda y Harby Ramírez Díaz por los delitos de tortura y homicidio agravado.
Fuente: Sistema Integrado Digital