Centenares de personas se manifestaron este domingo en Madrid contra las medidas de confinamiento parcial impuestas en algunas partes de la región, sobre todo en barrios de bajos ingresos y muy poblados, para contener el aumento de casos de covid-19.
Desde el 21 de septiembre, unas 850.000 personas han quedado confinadas en sus barrios y no pueden salir excepto por razones laborales, escolares o médicas, aunque pueden moverse libremente dentro de sus vecindarios.
Los parques en las zonas afectadas fueron cerrados y los restaurantes y otros negocios deben cerrar a las 10:00 de la noche.
A partir del lunes, otras 167.000 personas en la región, que cuenta en total con unos 6,6 millones habitantes (Madrid capital y Comunidad) quedarán confinadas en sus barrios, superando el millón de afectados.
«¡No es confinamiento, es segregación!», coreaba la multitud ante el parlamento de la Comunidad de Madrid, ubicado en el distrito de Vallecas (sur), uno de los barrios más afectados por las medidas de confinamiento parcial vigentes desde la semana pasada.
Los manifestantes solicitaban la renuncia de la presidenta conservadora de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien aumentó las críticas al decir que el «estilo de vida» de las personas residentes en las áreas afectadas era en parte culpable del aumento de casos de covid-19.
«A los ricos no les confinan», decía uno de los carteles que se exhibieron durante la protesta, en la que participaron grupos de jóvenes, parejas de jubilados y padres jóvenes empujando coches de bebé.
Las medidas tomadas en Madrid no están en consonancia con una solicitud del gobierno central español, de izquierda, que ha instado a imponer restricciones en toda la ciudad, opinión compartida por muchos manifestantes.
«No tiene sentido que puedas ir a trabajar en un barrio rico, pero no puedes ir a tomar algo. El numero de infectados esta aumentando en todos lados, las reglas deberían ser iguales para todos», señaló Marcos Ruiz Guijarro, un electricista de 27 años que acudió a la manifestación con un grupo de amigos.
Muchos manifestantes se quejaron sobre todo de que el gobierno regional no está mejorando la atención médica pública, ni hace nada para tratar el problema de un sistema de transportes colapsado, donde el coronavirus podría propagarse con suma facilidad.