El médico alemán Mark Schmidt confesó hoy haber practicado el dopaje sanguíneo masivo a más de un centenar de atletas y ciclistas desde 2012, aunque rechazó haber puesto en peligro sus vidas o haber actuado por mero afán de enriquecimiento.
Schmidt, de 42 años, responde ante la justicia de Múnich de la acusación de dopaje en 150 casos. El imputado reconoce esas prácticas en la mayoría de los casos, con algunas excepciones en la lista elaborada por la fiscalía.
Junto a este médico se sienta en el banquillo su padre, que presuntamente conocía las prácticas de su hijo, así como una enfermera y un auxiliar sanitario, además de otro colaborador.
Schmidt está en prisión preventiva desde 2019. Su defensa había pedido el sobreseimiento de la causa por irregularidades formales, pero su petición fue rechazada.
Fuente: EFE