Decenas de miles de personas manifestaron el domingo en Francia en homenaje al profesor decapitado el viernes por haber enseñado a sus alumnos caricaturas de Mahoma, un atentado que llevó al gobierno a anunciar medidas contra la propaganda islamista.
En París, los manifestantes se reunieron en la emblemática plaza de la República, epicentro de la enorme marcha del 11 de enero de 2015 tras los atentados yihadistas contra el semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado de productos kósher.
Los manifestantes homenajearon al profesor asesinado, Samuel Paty, con pancartas escritas a mano con frases como «Je suis prof» («Yo soy profe»), «No al totalitarismo del pensamiento» o «Libertad de expresión, libertad de enseñar».
Otros homenajes se celebraron también en grandes ciudades francesas como Lille (norte), Lyon (este) o Niza (sureste). En París se dieron cita responsables de los principales partidos políticos, como el primer ministro, Jean Castex, o la alcaldesa de la capital, la socialista Anne Hidalgo. El expresidente François Hollande, también se unió a la manifestación.
Algunos asistentes llevaron pancartas con las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario satírico Charlie Hebdo y entonaron el himno nacional francés.
Guigané, de 34 años y mediadora sociocultural en la región parisina, con su hijo de 4 años en hombros, acudió a rendir homenaje a Paty, y a denunciar «este acto odioso y espantoso». «No debemos permitir que esta violencia se instale, se convierta en nuestro día a día o acostumbrarnos a ella», afirmó.
Plan de acción contra la propaganda
El presidente francés, Emmanuel Macron, ordenó el domingo que se tomen «acciones concretas» rápidamente contra la propaganda islamista radical difundida por internet.
En una reunión celebrada con seis ministros y el fiscal antiterrorista, Jean-François Ricard, pidió «que pasemos rápidamente a la acción y que no demos tregua a quienes se organizan para oponerse al orden republicano», indicó la presidencia.
El jefe del Estado planea reforzar la seguridad de los centros escolares y de sus alrededores para el 2 de noviembre, cuando los alumnos volverán a las aulas tras las vacaciones de otoño. Además, se activará esta semana un plan «contra las estructuras, asociaciones o personas próximas a círculos radicalizados» que propagan llamados al odio, precisó la presidencia.
Macron decidió asimismo actuar inmediatamente contra quienes manifestaron su aprobación por el atentado en las redes sociales. Desde el viernes, las fuerzas de seguridad «identificaron 80 mensajes que apoyan la acción del agresor. Darán lugar mañana [lunes] a procedimientos diligenciados por la policía o la gendarmería», como convocatorias o allanamientos, según el Elíseo.
Homenaje nacional
El viernes por la tarde, Samuel Paty, padre de familia de 47 años, fue decapitado cerca de la escuela secundaria en la que ejercía como profesor de Historia y Geografía, en un barrio tranquilo de Conflans Sainte-Honorine, 30 km al noroeste de París.
El atacante, un hombre de 18 años, fue abatido por la policía. Este asesinato conmocionó profundamente al país, tres semanas después de un ataque islamista en el que un paquistaní hirió con un cuchillo a dos personas delante de los antiguos locales de Charlie Hebdo, y en pleno debate sobre el separatismo religioso.
El miércoles se celebrará un homenaje nacional en honor al profesor. Según el fiscal antiterrorista, el profesor de Historia había organizado con sus alumnos un debate en un curso de educación cívica, durante el cual mostró caricaturas del profeta Mahoma. Antes, habría invitado a los alumnos que lo desearan a salir del aula.
El padre de un alumno, que está detenido, mostró su indignación por esta clase en varios videos, y publicó en internet el nombre del profesor y la dirección del colegio. También se reunió con el director para pedir el despido del maestro. El profesor recibió después varias llamadas de amenazas.
El agresor fue identificado por la policía como Abdoullakh A., un ruso checheno de 18 años, nacido en Moscú y refugiado en Francia con su familia. No tenía antecedentes penales, aunque había cometido algún delito menor.
En su teléfono, los investigadores encontraron un mensaje dirigido a Emmanuel Macron, a quien llamó «el dirigente de los infieles», y en el que explicaba que quería vengarse de la persona que «se atrevió a menospreciar a Mahoma», y la foto de su víctima decapitada.
Unos contenidos que también habían sido publicados en Twitter. Al hablar de él, sus vecinos describieron a un joven «discreto», «sumido en la religión» desde hacía tres años. Un total de 11 personas fueron detenidas desde el viernes, en especial sus padres, su abuelo y su hermano menor, entre otros.