Por estos días, mucho se ha hablado de la conservación del páramo de Santurbán en el departamento de Santander y del páramo de Sumapaz en Cundinamarca. Sin embargo, existen muchos otros lugares donde varias ONG luchan día a día por su conservación.
Natalia Roa, directora de Comunicación para el Desarrollo de la Asociación de Becarios de Casanare (ABC), lidera una iniciativa que tiene como objetivo conectar a la Orinoquía a través de la oralidad.
Escuchar los cantos de los criollos en la Orinoquía y sus historias con la naturaleza se ha convertido en la bandera de Orinoco Sin Fin, una serie de podcasts en los que, según Natalia Roa, se quiere que la conservación la Orinoquia deje de ser una conversación de pocos para hacerla una conversación de muchos.
Este asunto no es solo de biólogos o profesionales de las ciencias naturales; por el contrario, se trata de acercar a las comunidades a su entorno y apropiarse de los recursos naturales que tienen a su alrededor.
A corto plazo, Orinoco Sin Fin quiere convertirse en un laboratorio narrativo y sonoro, como referente nacional, donde otras regiones del país cuenten sus historias y sean escuchadas por todos.
Junto a este proyecto, se suma ‘Una casa para Zambo’, una iniciativa para conservar el bosque del mono Zambo, encontrado en febrero de 2014 en las montañas que marcan la frontera de Casanare y Boyacá. Este intrépido mono se alimenta de semillas y se convierte en un sembrador de otros alimentos que alimentan a otros animales.
Para escuchar los podcast, pueden ingresar aquí https://soundcloud.com/user-932177842 y hacer parte de este proyecto. Empresas y emprendimientos como Ámala y Fina Estamapa se han sumado a esta iniciativa.
En definitiva, Orinoco Sin Fin invita a otras personas a apropiarse de sus regiones y generar nuevas ideas con diferentes canales de comunicación de conservación.
Fuente: Sistema Integrado Digital